Santiago Sánchez dice que "Calígula es la metáfora de una Europa convulsa"

  • Mérida.- Santiago Sánchez, director del "Calígula" que está presente en el LXVI Festival de Mérida y de la compañía valenciana "L'Om Imprebís", cree que la primera versión de la obra de Albert Camus "no es sólo el grito de rebeldía y descontento de un joven de veinticuatro años" sino, también, "la metáfora de una Europa convulsa".

Mérida.- Santiago Sánchez, director del "Calígula" que está presente en el LXVI Festival de Mérida y de la compañía valenciana "L'Om Imprebís", cree que la primera versión de la obra de Albert Camus "no es sólo el grito de rebeldía y descontento de un joven de veinticuatro años" sino, también, "la metáfora de una Europa convulsa".

Así lo ha expresado en una entrevista concedida a EFE después de presentar la obra con la que visita la capital extremeña y con la que arroja, como lo hizo el Premio Nobel francés, muchos interrogantes sobre el sentido de la existencia.

"Calígula es una persona desconcertada ante preguntas de respuestas imposibles", explica el director, que, a pesar de estas "respuestas como mínimo muy difíciles", alaba la creación literaria y artística que ha hecho la humanidad a lo largo de la historia.

Precisamente, es esa "búsqueda desenfrenada de la felicidad y sentido" la que lleva a Calígula a la "autodestrucción" cuando se convierte en adulto, y es de eso de lo que, según él, habla Camus, de "lo duro que es crecer asumiendo la responsabilidad para ejercer la libertad".

Pero Calígula entiende mal esta libertad y termina reconociendo que ha andado el camino equivocado. Así, ha explicado, pone Camus "en alerta sobre los dogmatismos y la imposición de verdades, algo que siempre termina causando estragos".

Santiago Sánchez cree que el uso noble del poder, que "a veces es físico, otras económico o incluso de pensamiento", vale para mejorar las condiciones de vida de la gente pero su mal uso lleva a hacer una ostentación del poder por el poder o a, simplemente, imponerlo.

Y aunque Calígula viviera en Roma, Camus lo recuperó para hacer una traslación en la historia de sus mensajes y poner un espejo a los seres humanos de hoy, y Santiago Sánchez, a su vez, lo ha retomado teniendo como pulso vital aquello de "para que todo valga, no vale todo".

Se trata éste de un "código secreto, íntimo y real" que ellos mismos utilizan en la compañía L'Om Imprebís y que saben que no pueden transgredir para "respetar la libertad de esa persona que tenemos enfrente y nos mira".

Esto es lo que, según Sánchez, no entiende Calígula y por lo que trata de imponer su verdad, "creando angustia y desconcierto a su alrededor, rompiendo el amor y las complicidades".

Esto mismo sucede hoy en el mundo de hoy, ha explicado el director.

"Asistimos a un mundo donde a veces queremos olvidar y no ver cómo poderes económicos están causando la desgracia, siendo criminales con otras sociedades para nuestro pequeño bienestar".

En opinión del artista, esto lo que le da vigencia a la obra de Camus.

"Calígula" visita Mérida cuando se cumplen cincuenta años de la muerte de su autor, que la reescribió desde su primer estreno hasta que murió en 1960 para, intuye Sánchez, tratar de "hacer de ella algo más".

Es cuando culminan unos "personajes maravillosos en situaciones de gran teatralidad" que él mismo ha tratado ahora de revisar con un lenguaje del siglo XXI, puesto al servicio de las "inteligentes palabras" de Camus.

En este lenguaje contemporáneo tienen mucho que ver el vestuario de Sue Plummer y la música empleada en la obra, ritmos africanos y percusiones que son el "corazón de la función": "a veces acelera, es casi taquicárdico, otra relaja, inquieta... de todo esto está impregnada la obra", explica su director.

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