Se estrena "Urte berri on, amona", historia de una abuela que es "un bicho"

  • Alicia G.Arribas.

Alicia G.Arribas.

Madrid, 28 sep.- Montserrat Carulla ya empezó a dar miedo en "El orfanato", pero no ha sido hasta "Urte berri on, amona!" (Feliz navidad, abuela!, en euskera), de Telmo Esnal, cuando la octogenaria actriz pone de verdad los pelos de punta. Miedo, lo que se dice miedo, se debe pasar al convivir con una abuela como esta.

"El personaje de la amona es un bicho tan odioso, que temí que todo el mundo me cogiera manía", explica a Efe la actriz barcelonesa, fichada "sin duda" para el papel por el director, después de verla convertida en Benigna, la "aparición" que amarga la vida a Belén Rueda en "El orfanato", de Juan Antonio Bayona.

La amona Mari "es una cretina integral, una mujer con mala alma, que hace pensar inmediatamente en cómo habrá sido de joven; yo creo que odiosa también, porque se necesita tener todo un pasado encima para ser como ella es cuando es mayor", señala la veterana actriz, que presume de ser "la única jubilada que trabaja en España",

En la cinta, Carulla compone a una abuela con una aparente demencia senil que martiriza con sus constantes requerimientos de atención a su hija y a su nieta, y a los maridos de ambas, a los que tiene completamente agotados.

Ante la negativa de la hija de llevarla a una residencia, el marido idea un plan con ayuda de los nietos para trasladarla, pero la abuela tiene otros planes y, además, no va a perdonar a los culpables.

Esta amona apenas habla, un reto añadido para la actriz que se vio obligada "a decirlo todo con la mirada".

Rodada íntegramente en euskera y con un reparto "de lujo" en el que figuran Josean Bengoetxea, Nagore Aranburu, Kontxu Odriozola y Pedro Otaegi,"Urte berri on, amona" es una comedia negra que vira por momentos hacia el terror.

Algo totalmente intencionado según ha explicado Esnal a Efe: "Quería jugar con esa ambigüedad, mostrar a una persona que en principio da pena y al final, da miedo".

La idea, añade el director, partió de una anciana real que acaparaba la atención de su familia "todo el tiempo, pero cuando no había nadie, ella se valía perfectamente para hacerlo todo, y me dije ¿pero esto que es?".

Aunque es el segundo largometraje de Esnal, tras "Aupa, Etxebeste!" (2005) que realizó a medias con su amigo Asier Altuna, el zarauztarra también ha firmado cuatro cortos, el último, anticipo de "Urte berri...", ("sin querer", dice), que se llamó Amona putz! (2009).

Además, el realizador y guionista tiene una larga carrera como asistente de director con los renombrados Álex de la Iglesia, Icíar Bollaín o Enrique Urbizu.

"No sé qué es cine vasco, ruedo en euskera porque es mi idioma y me muevo mejor, sé que es cine", dice sin malgastar palabras, pero reconoce que "hay una temática vasca" en todas sus películas.

En esta, en concreto, "se ve claramente el matriarcado, que es tan vasco, esta es una familia de mujeres donde los allegados, los que no tienen la sangre, son los hombres, que al final son los damnificados".

También analiza "cómo llega una persona a su límite, cómo alguien es capaz de hacer cosas que nadie se espera, pero visto desde un punto de vista que tiene mucho de cómico" -sólo hay que ver el final de la película-, considera Esnal.

Por su parte, la dulcísima anciana, delicada y simpática a rabiar, que es Montserrat Carulla, termina la entrevista con un jovial: "Ni me echan, ni me jubilo", y añade con gran sentido del humor que trabaja tanto porque se le "va muriendo la competencia".

"En un momento de la vida, en el que parece que ya todo ha terminado que estás en el camino del final, que todos los demás se mueven y tu estás quieta, no sé qué camino tengo delante, pero lo ando con soltura. Me están dando unas oportunidades maravillosas, y yo las aprovecho", zanja.

La película llega a las pantallas españolas tras su paso por el Festival de Cine de San Sebastián mañana.

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