Se reedita "Alemania", de Julio Camba, con crónicas que resisten al tiempo

Alfredo Valenzuela

Sevilla, 13 oct.- Las crónicas de Julio Camba, considerado junto con Azorín y Pla uno de los mejores articulistas de la prensa española de la primera mitad del siglo XX, han resistido el paso del tiempo, aunque no fueron valoradas "ni por la Academia ni por la Universidad", según ha dicho a Efe Francisco Fuster.

Coincidiendo con el cincuenta aniversario de la muerte de Camba, Fuster, profesor de Historia Contemporánea e investigador de la Universidad de Valencia, ha prologado "Alemania", el primer libro publicado por Camba en 1916, año en el que también sacó las antologías de crónicas viajeras "Londres" y "Playas, ciudades y montañas", y que ahora reedita la editorial Renacimiento.

Las crónicas de "Alemania" cumplen cien años desde que fueron publicadas en la prensa española en la segunda mitad de 1912, y "no han perdido actualidad", según Fuster, como demuestran -añade- sus irónicas observaciones sobre el carácter alemán, en contraposición al español, o sobre el peso de Alemania en la Europa de entonces, también en comparación con el de España.

"Por desgracia para Camba, el formato de sus creaciones literarias ha jugado en contra de la valoración que la crítica ha hecho de su obra, como se demuestra en los manuales de historia de la literatura española en los que no se tiene en cuenta su literatura de vida efímera publicada en la prensa; no cultivó la novela, que es el género que establece el canon", según Fuster.

Sin embargo, "a Camba le sucede lo que a Baroja, más que los críticos o los investigadores, son sus lectores quienes mejor contribuyen a mantener vivo su recuerdo", ha señalado Fuster, quien ha recordado que escribió más de cuatro mil artículos de periódico, de los cuales apenas un tercio fueron recogidos en libros.

"Buena parte de su obra, como sucede en 'Alemania', no ha perdido un ápice de interés para el lector actual", por su "ironía y perspicacia" y porque, según Fuster, sabía "reflejar la realidad cotidiana como el fino observador que era, con ocurrencias que siguen siendo geniales y perfectamente actuales".

Camba basa su estilo en "la concisión y la brevedad, que son dos imposiciones para todo escritor de columnas; como decía Azorín, 'para escribir breve se necesita tiempo', y Camba invertía bastante tiempo en la concepción de cada uno de sus textos, a pesar del extendido tópico de la facilidad con la que redactaba sus entregas diarias", según Fuster.

Siempre trató de reducir sus textos a la mínima expresión y supo ver antes que nadie que un artículo se hace con una sola idea original -dos, como máximo- y un "buen envoltorio", ha añadido.

En "Alemania" está ya lo que será el estilo y la personalidad del escritor gallego, según Fuster: "los estudiosos de su obra coinciden en señalar que el período que va entre 1907-08 y 1914-15, años en los que Camba viaja a Constantinopla, Londres, París y Berlín, es el de consolidación de ese personalísimo y reconocible estilo".

Aunque "Alemania" forma parte del estreno de Camba como escritor de libros de viajes, y aunque con los años siguió publicando otros que quizá han cosechado más fama, como "La rana viajera" o "La ciudad automática", nada tiene que envidiar a esos otros que quizá tienen una estructura más coherente, sobre todo porque ya fueron concebidos como antologías por el propio autor.

"Alemania", al igual que "Londres" y "Playas, ciudades y montañas", se publicó como libro en 1916 por iniciativa del editor madrileño Gregorio Martínez Sierra.

Sobre el magisterio de Camba, Fuster ha señalado que en España "ha habido muy buenos columnistas pero, exceptuando el caso de Francisco Umbral en alguna de sus columnas, nadie ha cultivado un estilo parecido al suyo, sobre todo en su faceta de microsociólogo, de analista que toma una parte minúscula de la realidad para describir el todo".