Sesenta años sin la genialidad pictórica de Frida Kalho

La genialidad del surrealismo mágico y misterioso de Frida Kalho pervive hoy día en el imaginario del arte moderno, pese a que se acaban de cumplir sesenta años de su fallecimiento. La pintora mexicana murió en su casa de Coyoacán en 1954, la misma localidad en la que había nacido en 1907. Casada con el célebre muralista Diego Rivera, el matrimonio simbolizaba con sus obras el amor por la pintura de raíces indígenas y el arte popular mexicano.

Kalho tuvo una vida marcada por la enfermedad desde su infancia, pues sufrió durante toda su existencia de una poliomelitis que le hizo vivir el dolor y estar postrada durante largos periodos de tiempo, de hecho se dice que tuvo que ser operada 32 veces. Pese a todo su obra es un canto al amor por la vida, que ella misma dejaba ver en varias de sus pinturas, como la que representa un bodegón de sandías con el mensaje grabado en la carne de la fruta. Pero el dolor y el sufrimiento también está presente en su pintura, a través de escenas de mutilación y sangre que hacen referencia a sus penurias como "Niña con máscara de muerte".

Su obra está influida por las trazas del expresionismo y el surrealismo, además de la pintura mural de su marido, las manifestaciones artísticas de la cultura popular mexicana y por sí misma. En su obra está presente su vida, su complicada relación marital con Rivera (ambos cometían infidelidades y el muralista llegó a tener una relación con la hermana de Kalho), su enfermedad y agonías y sus miedos.Abandonó la medicina

Frida Kalho abandonó sus estudios de Medicina para dedicarse por entero a la pintura, tal y como señalan las fuentes que acreditan su biografía desde la fundación que lleva su nombre. La creación artística era lo que le distraía y le llenaba por completo en las temporadas en las que era operada y tenía que pasar tiempo inmovilizada por completo. De las 143 obras que produjo en vida, 55 son autorretratos, lo que está ligado con una de sus frases: "Nuncá me dediqué a pintar mis sueños, solo pintaba mi propia realidad".

La pintora estuvo ligada al comunismo político durante toda su vida, de hecho Rivera y ella simpatizaron con León Trotsky y ella llegó a ser acusada de su asesinato, aunque luego se demostró su inocencia. Kalho es considerada como uno de los símbolos del feminismo moderno, puede que por el papel clave que jugó en la sociedad de su tiempo, marcada por una clara influencia machista. Además dicen que la exageración de sus cejas, su rasgo más distintivo, puede hacer alusión a este hecho.

Frida Kalho cuenta con una casa museo en la misma localidad de Coyoacán, la denominada "casa azul", donde se conservan sus cenizas y parte de sus obras.