"Somos una maravilla de la evolución", según el paleontólogo Arsuaga

  • "Estad orgullosos de vuestros cuerpos, porque somos una maravilla de la evolución", así ha explicado hoy el paleontólogo Juan Luis Arsuaga las "extraordinarias" propiedades biomecánicas de las que el ser humano 'disfruta' en comparación con los primeros homínidos.

Madrid, 6 sep.- "Estad orgullosos de vuestros cuerpos, porque somos una maravilla de la evolución", así ha explicado hoy el paleontólogo Juan Luis Arsuaga las "extraordinarias" propiedades biomecánicas de las que el ser humano 'disfruta' en comparación con los primeros homínidos.

"Nuestros ancestros no eran tan eficientes en sus propiedades biomecánicas como el actual ser humano, aunque ellos eran normales, somos nosotros los extraordinarios", ha señalado Juan Luis Arsuaga, el paleontólogo y codirector de las excavaciones de Atapuerca, en una conferencia sobre la evolución del parto en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.

Estos primeros homínidos eran más fuertes y más musculosos, "tenían un cuerpo preparado para trabajar" aunque sus piernas eran más cortas y su estatura "muy baja" en comparación con el humano (aproximadamente medían un metro, la actual estatura de un niño de tres o cuatro años), ha indicado Arsuaga.

Con la evolución de la especie se han mejorado las propiedades mecánicas y locomotoras: las piernas son más largas y el ser humano ha duplicado la altura de sus antepasados, con lo que "somos gigantes", según el paleontólogo.

Uno de los elementos fundamentales para llegar a estas conclusiones es el estudio de la pelvis, que influye en el movimiento y en la locomoción sobre dos piernas y su forma condiciona el parto.

En la conferencia, Arsuaga ha comparado la pelvis de Elvis, un homínido masculino encontrado en 1997 en las excavaciones de Atapuerca, con una pelvis 'actual' y ha mostrado cómo se han estrechado las caderas para conseguir unas "más eficaces propiedades biomecánicas".

"A cambio hay un precio que pagar por ser más eficientes" ha comentado a Efe el paleontólogo, quien ha explicado que en estos primeros homínidos la pelvis era más ancha, con lo que el parto era más holgado y con menos dificultades.

El anillo de la pelvis ha disminuido con la evolución y esto es lo que provoca que el parto sea más complejo y más doloroso.

Arsuaga ha destacado que "el mecanismo del parto en muchos sentidos todavía es una enigma", y por ejemplo, todavía se desconoce qué lo desencadena o cómo sabe el niño que tiene que nacer.

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