Talavante: "He toreado con el alma, de mis faenas más importantes en Madrid"

  • Alejandro Talavante firmó hoy en Madrid una sublime actuación al natural en su primer toro, con el que pudo haber logrado un triunfo grande si no llega a ser por la espada, pero más allá del resultado, el extremeño se mostraba feliz: "He toreado con el alma, de mis faenas más importantes en Madrid""Ahora mismo siento mucha emoción por los momentos que he vivido delante de ese toro. Me he vaciado por completo con él y he tenido sensaciones muy bonitas toreando con la mano izquierda, y tambié

Javier López

Madrid, 22 may.- Alejandro Talavante firmó hoy en Madrid una sublime actuación al natural en su primer toro, con el que pudo haber logrado un triunfo grande si no llega a ser por la espada, pero más allá del resultado, el extremeño se mostraba feliz: "He toreado con el alma, de mis faenas más importantes en Madrid"

"Ahora mismo siento mucha emoción por los momentos que he vivido delante de ese toro. Me he vaciado por completo con él y he tenido sensaciones muy bonitas toreando con la mano izquierda, y también al ver al público de Madrid tan entregado conmigo, algo que hay que sentirlo, no se puede describir con palabras", señaló Talavante a Efe antes de abandonar la plaza.

Una faena grande, tan grande que, por un momento, pareció que no soplaba ni el molesto viento que condicionó, en parte, el devenir de la tarde.

"Esto es Madrid y hay que venir a por todas pase lo que pase. Es verdad que el clima de hoy va en contra del toreo, pero esto forma también parte del espectáculo y hay que adaptarse a lo que venga. La pena ha sido, más que la climatología, la espada, pues si llego a matar al toro en condiciones creo que hubiera abierto la Puerta Grande", reconoció asimismo Talavante.

Sin embargo, con el sexto no pudo ser, un animal que "desde que lo he parado con el capote podíamos habernos ido todos para casa", concluyó.

Los otros dos alternantes, Finito de Córdoba y Morante de la Puebla, incapaces durante toda la tarde de sacar nada en claro, salieron de la plaza a toda prisa, con la cabeza agachada, aguantando un chaparrón de improperios y alguna que otra almohadilla desde el tendido, y, naturalmente, sin hacer declaraciones.

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