Teatro Corsario conserva la sencillez que le imprimió Urdiales como identidad

  • La compañía Teatro Corsario, que este año celebra su 30 aniversario sobre los escenarios, sigue manteniendo "la claridad y la sencillez" en la interpretación de las obras como su principal seña de identidad, algo que ya cimentara su "alma máter", el desaparecido Fernando Urdiales.

Valladolid, 22 jul.- La compañía Teatro Corsario, que este año celebra su 30 aniversario sobre los escenarios, sigue manteniendo "la claridad y la sencillez" en la interpretación de las obras como su principal seña de identidad, algo que ya cimentara su "alma máter", el desaparecido Fernando Urdiales.

En este sentido, el director de la última obra del grupo vallisoletano, Jesús Peña, ha explicado hoy a Efe que "la figura de Urdiales y su filosofía de trabajo siempre estarán presentes en 'Corsario', porque se ha construido bajo su criterio", aunque luego cada uno trata de aportar su "propia personalidad".

En el caso de "El médico de su honra", de Calderón de la Barca, que esta noche pondrán en escena en el Festival Olmedo Clásico, Jesús Peña ha plasmado su "gusto por lo tenebroso" y su predilección por la "temática fantástica", que se ha podido ver en las obras que ha dirigido de títeres para adultos, su especialidad.

Esa obsesión por lo tenebroso le va como anillo al dedo a Calderón "porque tiene mucho de eso, de crear atmósferas de pesadilla que son muy interesantes", de ahí que sea uno de los autores preferidos por la compañía teatral, al que transmiten de forma "transparente y clasificadora".

"Lo más importante es comunicar y llegar a todo tipo de espectadores, porque cada obra tiene diferentes tipos de lectura y de opiniones, pero si no se sabe transmitir, no encuentra su sentido", ha opiniado Peña, quien ha destacado además su búsqueda constante por ser "amenos y divertidos".

En "El médico de su honra" recobra protagonismo la violencia de género, en este caso a través de don Gutierre, un hombre obsesionado con la sospecha del posible amor entre su esposa, Mencía, y el hermano del rey, el infante don Enrique que, para evitar que el supuesto adulterio se haga público, maquina un diabólico plan.

Curiosamente, cuatro siglos después de que se escribiera esta obra, se conservan algunos pensamientos "machistas", basados en la posesión y en el menosprecio hacia la mujer -que en el siglo XVII estaba muy arraigado- "lo que hace pensar que vivimos en una sociedad anclada en pensamientos remotos", ha reflexionado Peña.

"Si se echa un vistazo alrededor nos podemos dar cuenta de que hay muchas personas que participan de esas ideas, con un machismo diluido por la presión de la mayoría de la sociedad pero que en otros casos es más evidente, como en esta obra de Calderón, en la que lo plantea como algo terrorífico y con el fin de perturbar la mente de las personas", ha argumentado.

Teatro Corsario es uno de los habituales en Olmedo Clásico, un festival que se mantiene a pesar de la crisis económica "que está dificultando mucho la posibilidad de llevar adelante una obra y de acceder a muchos escenarios", ha advertido el director teatral.

"A pesar de ello a nosotros no nos va mal, puesto que acabamos de realizar una gira por Ecuador y estaremos presentes en varios teatros de la región. Si bien es cierto que la crisis ha servido para potenciar lo bueno, eso no debería ocultar la catástrofe que hay detrás", ha lamentado.

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