Llega a España 'Céline secreto', las memorias de la viuda del genial escritor

  • Madrid, 28 mar (EFE).- Céline 'era un ser desesperado, de un absoluto pesimismo, pero que al mismo tiempo generaba una enorme fuerza'. Así define al polémico y genial escritor francés su viuda, Lucette Destouches, cuyas memorias, traducidas por primera vez al español, reflejan las luces y sombras del autor de 'Viaje al fin de la noche'.

Madrid, 28 mar (EFE).- Céline "era un ser desesperado, de un absoluto pesimismo, pero que al mismo tiempo generaba una enorme fuerza". Así define al polémico y genial escritor francés su viuda, Lucette Destouches, cuyas memorias, traducidas por primera vez al español, reflejan las luces y sombras del autor de "Viaje al fin de la noche".

En "Céline secreto", publicado por Veintisiete Letras y traducido por José María Solé, Destouches reconstruye con fidelidad y sin concesiones los veinticinco años (de 1936 a 1961) que pasó junto a Louis-Ferdinand Céline, de quien fue su segunda esposa.

Fueron tiempos convulsos, de guerras y delaciones, y tiempos de escándalos suscitados por el escritor, que dejó claro su antisemitismo en varios panfletos y manifestó su simpatía por los nazis aun con Francia ocupada por los alemanes.

"Hasta el final, (Céline) mantendría que había escrito los panfletos con una finalidad pacifista. Y era sincero", afirma Destouches en sus memorias, aunque esa opinión no la compartía Jean Paul Sartre, que en 1947 acusó al escritor de estar a sueldo de Hitler, algo que nunca pudo probarse.

"Nada más absurdo", asegura la autora al referirse a esa acusación. "Se trataba simplemente de no conocer a Louis, jamás a sueldo de nadie, intransigente con todos, incapaz de pactar con quien fuese, siempre solo contra todos".

Amante de la danza y de los animales, Lucette conoció a Céline cuando ella tenía veintitrés años y empezaba a destacar como bailarina, y él, con 42, ya había revolucionado el panorama literario con la prosa amarga y quebradiza de "Viaje al fin de la noche", esa obra maestra que, según Leon Trotsky, parecía "dictada por el espanto ante la vida y el hastío que ella ocasiona".

"Desde que Louis murió, la vida ya no tiene ningún sentido para mí (...) Durante veinticinco años, hemos estado los dos solos. Él me protegía de todo y yo me entregaba a él por completo". Con esas palabras comienza la confesión de la autora de "Céline secreto".

El libro, publicado en Francia en 2001, es un desgarrador monólogo de Lucette, reproducido fielmente por su gran amiga Véronique Robert, especialista en la obra de Antonin Artaud y de René Crevel.

La danza fue la que ayudó a Lucette a superar "las pruebas" de la vida: su "triste" infancia, la difícil convivencia con Louis, los años de guerra, la prisión posterior. "Nadie pasó lo que nosotros. Fuimos acosados como ratas. Sin la danza, yo hubiera muerto", asegura.

Los panfletos antisemitas del escritor fueron rechazados por la izquierda francesa y retirados de la venta, sin que el escritor entendiera bien por qué.

"Más adelante, comprendí que había una relación entre la herida recibida en la guerra del 14, que le había dejado completamente sordo del oído derecho, ocasionándole un incesante zumbido, y el carácter alucinado de los panfletos", reconoce la viuda de este literato mujeriego, que tenía amantes y se "excitaba" hablándole de ellas a su mujer.

En junio del 44, Céline y su esposa dejaron París, pasaron por Alemania, donde "todo el mundo se agitaba como ratas en un queso gruyère en busca del menor agujero para poder salir", y al final se refugiaron en Sigmaringen. Era "lo último" que deberían haber hecho, pero lo hicieron.

"Cuando uno está metido de lleno en la Historia, no es posible ver nada. Todo ha sido reconstruido y lo que se cuenta es la historia de los vencedores", afirma en sus memorias.

En Sigmaringen se refugió la jefatura pro-nazi y sus acólitos, y Céline, que era médico, cuidó de ellos. "Allí vivimos una existencia alucinante (...), en un mundo errático y a punto de hundirse", recuerda Lucette.

Luego vendría la huida a Dinamarca -"el país más triste del mundo, habitado por cerdos hipócritas", dice la autora-, donde Céline fue descubierto, juzgado y encarcelado durante seis meses.

En 1951 regresan a Francia y se establecen en Meudon. "La prisión acabó con él. Hizo de él un muerto viviente. En Meudon, durante los diez años que precedieron a su muerte, ya no estaba allí".

Cuando Céline "supo lo que realmente había pasado en los campos de concentración, se quedó horrorizado, pero nunca fue capaz de decir: 'Lo lamento", reconoce su viuda, que ahora tiene más de noventa años y ha prohibido "una y otra vez" que se reediten los panfletos antisemitas del escritor.

A pesar de los esfuerzos de Destouches, en 2008 Editions de la Reconquête, con sede en Paraguay, publicó una edición de "Les beaux draps".

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