Carmen Maura acudía a divertirse al plató de El Hormiguero, o eso creía ella, porque la realidad fue bien diferente: la actriz tuvo que enfrentarse a una de las entrevistas más complicadas de su vida. Si ya nada más empezar se veía obligada a plantar cara a todos aquellos que la acusan de machista por sus incendiarias declaraciones sobre el feminismo, la charla con Motos no terminaba mucho mejor.
A falta de dos minutos para terminar el programa, el presentador conseguía dejar a Carmen sin palabras proponiéndole lo que parecía ser un juego: la actriz de quedaría sola en el plató del programa para poder decir y hacer lo que ella quisiese en un ejercicio gigantesco de confianza y libertad.
A pesar de que, aparentemente, Carmen no habría llegar a aceptarlo, Motos, dándole un palmadita en la espalda, animó a la actriz a aceptar el reto con valentía y, sin darle más tiempo de reacción pidió que todo el público abandonase el plató.
“Si es verdad esto, me está dando una pequeña angustia y ganas de llorar”, aseguró Carmen al ver que el público se levantaba de sus asientos haciendo caso a las palabras del presentador. Y la pesadilla no había hecho más que empezar. “Esto roza lo desagradable. No puedo creerlo. Esto es una broma, están locos”, continuaba Carmen.
La gente iba desapareciendo, los cámaras abandonando el estudio y dejando en la soledad más absoluta a la exchica Almodóvar que no podía creerse lo que estaba viendo. “Es que me han dejado sola de verdad. Fíjate que me han dejado sola. A mí esto no me está gustando nada. Igual te diría otra cosa pero me parece agobiante y angustioso”.
Las luces se apagan y la voz de Carmen se cortaba a medida que pronunciaba la frase: “Estoy sola, ya…” dando paso a un emplazamiento publicitario.
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