The Drums luchan dignamente en Madrid por probar que son más que una moda

  • Están en el punto de mira. Son The Drums, banda de pop rock que actualmente se enfrenta a la tarea de convencer con su inminente segundo álbum, y a tenor del concierto que esta noche ha ofrecido en el Circo Price de Madrid, todo apunta a que sus miembros serán capaces de superar la difícil prueba.

Carlos Palencia

Madrid, 2 sep.- Están en el punto de mira. Son The Drums, banda de pop rock que actualmente se enfrenta a la tarea de convencer con su inminente segundo álbum, y a tenor del concierto que esta noche ha ofrecido en el Circo Price de Madrid, todo apunta a que sus miembros serán capaces de superar la difícil prueba.

Es el peligro que ha de encarar toda agrupación que triunfa con su primer trabajo, y es que "Portamento", su segundo disco y que sale a la venta este mismo mes, será analizado con lupa por críticos y aficionados, con una valoración que determinará en buena medida el futuro de esta aclamadísima banda indie.

Por ahora, las cosas pintan bien para The Drums, con unas nuevas canciones que han avanzado esta noche en la apertura del ciclo Heineken Music Selector, las cuales, como mínimo, parecen estar al nivel de su álbum debut y que han convencido a los alrededor de 800 acólitos congregados.

Nada mejor para entrar en calor que los teloneros Okkervil River, cuyo country rock alternativo y su hiperactivo cantante, Will Sheff, han hecho todo lo posible por animar a un público que se ha mostrado un tanto adormilado, aun con la muy solvente actuación que ha ejecutado esta banda texana.

Temas como "For real", "Rider" o "Black" han sonado en directo con una gran contundencia, gracias a la agresividad de Sheff y unos gritos que han hecho dudar por la integridad de las cuerdas vocales del líder del grupo, quien no ha parado de bailar, agitarse e incluso contorsionarse en posturas casi imposibles.

Un derroche de entrega y energía que, salvo en los dos últimos temas, como "Lost Coastlines" o "Unless its kicks", no ha conseguido arrancar a los asistentes de los brazos de Morfeo, quienes sosos y muy tranquilos, parecían estar reservando fuerzas para The Drums.

Tras el dignísimo papel de los teloneros Okkervil River, un letrero gigante donde se leía The Drums ha cubierto el escenario, anticipando la llegada de Jonathan Pierce (voz), Jacob Graham (guitarra), Connor Hanwick (batería) y compañía, todos ellos embutidos en pantalones de pitillo.

"Os damos las gracias por venir, llevamos mucho tiempo sin tocar y estamos nerviosos", reconocía el andrógino Pierce, quien, sin embargo, no ha reflejado ese sentimiento en su interpretación, con una voz en plena forma y esos peculiares balanceos, que en cierta medida le acercan al legendario cantante de Joy Division.

Y es que la sombra de los británicos Joy Division cubre en buena medida a The Drums, como se ha comprobado en el directo de composiciones nuevas como "What you were" y, especialmente, "I need a doctor", que anticipan un segundo álbum prometedor.

Así, con un estilo pop rock a medio camino entre los setenta y los ochenta y con influencias de The Smiths y Orange Juice, los cinco componentes del grupo han abordado canciones como "Best Friend", "Me and the moon" y "Book of stories", en un potentísimo directo que le ha sacado todo el jugo a la acústica del Circo Price.

Asimismo, "Money", punta de lanza de "Portamento", ha hecho vibrar al público, antes del momento álgido que han supuesto las interpretaciones de "I need fun in my life" y "Forever and ever amen", dos de las canciones más memorables de su primer trabajo.

La más calmada y emotiva "Down by the water", coreada por los asistentes, ha permitido momentos de relax, previos a la traca final, con "How it ended", que se perfila como posible hit del nuevo álbum, "It will all end in tears" y, como desenlace, "The Future".

Esta última, una canción perfecta para finiquitar, ya que el futuro es justamente la gran incógnita que planea sobre estos chicos adorados por la crítica. ¿Se seguirá hablando de ellos dentro de dos años, por ejemplo? Si siguen portándose como en este concierto, seguramente sí.

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