Tomorrow's world, el encuentro nada fortuito del 50% de Air y Jessica Rabbit

  • Hay propuestas que cuando las ves sobre el escenario resulta imposible no diseccionar e intentar adivinar de dónde beben, como Tomorrow's World, grupo formado por Jean-Benoit Dunckel, el 50% de Air, y la vocalista Lou Hayte, una Jessica Rabbit hecha carne que hoy han presentado su primer disco en Barcelona.

Sergio Andreu

Barcelona, 6 jun.- Hay propuestas que cuando las ves sobre el escenario resulta imposible no diseccionar e intentar adivinar de dónde beben, como Tomorrow's World, grupo formado por Jean-Benoit Dunckel, el 50% de Air, y la vocalista Lou Hayte, una Jessica Rabbit hecha carne que hoy han presentado su primer disco en Barcelona.

Tomorrow's World es un sorprendente dúo con un álbum homónimo que a priori resulta atemporal, en el que se combina la música ambiental electrónica, el techno pop, el sonido erótico de las películas de Emmanuelle, una psicodelia industrial ruidosa y los reconocibles teclados que hicieron famosos a los Air a finales del siglo pasado.

Vestida a lo Veronica Lake, como una sirena cubierta de blancas lentejuelas y larga melena que le tapaba medio rostro cuando quería, Lou Hayte -teclista del grupo New Young Pony Club- se ha contorneado parsimoniosamente, mientras su voz, a veces sugerente -Lana del Rey podría pedir algo de royalties- y a veces tan gélida como la imagen de mujer fatal que proyectaba, ofrecía un espectáculo, por momentos, subyugante.

A su derecha, Jean-Benoit, con ese aspecto de elfo que le caracteriza y rodeado de teclados a lo Nacho Cano, mantenía el tipo ante las trescientas personas que llenaban el City Hall de Barcelona, porque a pesar que Dunckel está acostumbrado a aforos más amplios también le gusten los experimentos y salir de los estadios.

Acompañado en el escenario por un greñudo percusionista, la pareja ha ofrecido un concierto escueto -no ha llegado a los 40 minutos- seguramente porque el disco no da para más, y también porque deben saber que estas extrañas combinaciones son como las películas de Woody Allen, cuanto más breves mejor.

Según los organizadores del concierto -incluido en el Budweiser Live Circuit- la pareja no niega tampoco las influencias musicales en este disco -compuesto a cuatro manos- del genial Angelo Badalamenti, habitual en los títulos de crédito de las bandas sonoras de las películas de David Lynch.

Y la verdad, es que tanto la puesta en escena, una especie de cabaré retrofuturista, como la forma que Hayte tiene de interpretar las canciones, en ocasiones un espejo convexo de Julee Cruise, recuerdan aquel pub donde los protagonistas de la mítica serie Twin Peaks, iban a contarse sus cuitas amorosas.

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