"Tragalluvias": una novela a trozos sevillanos sobre la incapacidad de sentir

  • La incapacidad para sentir por el blindaje de una vida rutinaria o del pasado centra el argumento de "Tragalluvias", la primera novela de Javier Mariscal González, una obra cosida con historias de personajes dispares, en una Sevilla con cafés a la europea y alejada de los tópicos.

Madrid, 10 jul.- La incapacidad para sentir por el blindaje de una vida rutinaria o del pasado centra el argumento de "Tragalluvias", la primera novela de Javier Mariscal González, una obra cosida con historias de personajes dispares, en una Sevilla con cafés a la europea y alejada de los tópicos.

"Tragalluvias" (Grupo Palimpsesto 2.0) es un libro que refleja "la incapacidad de sentir" desde el punto de vista de niños, personas maduras o ancianos, aunque tiene otro "vértice", una visión de Sevilla "más real" que su habitual imagen turística, ha explicado Mariscal (Sevilla, 1973) a Efe, antes de la presentación de su libro, que se celebra hoy en Madrid.

Al mismo tiempo trata de reflejar una ciudad "a medio camino" entre dos extremos, la de los rincones "invisibles" y la de la "gente normal", que no es folclórica pero que tampoco está del lado derrotista de quienes rechazan radicalmente las tradiciones.

La novela comienza con vivencias fragmentadas de los protagonistas y a la mitad se convierte en coral, para transmitir el miedo que da volver a amar o retomar un ideal cuando surge una oportunidad, para alguien resignado a vivir en soledad, con vacío o "sequedad" vital.

Fotógrafo y periodista, Mariscal publicó anteriormente el libro de relatos "Telegramas en Domingo" (2011, Editorial Conteros).

Admirador del ruso Fiodor Dostoievski o los estadounidenses John Dos Passos y John Steinbeck, reconoce que "Tragalluvias" y sus personajes podrían haber existido en cualquier lugar de Europa, aunque defienda la "peculiaridad" de sus escondrijos sevillanos.

Su primera página es un diálogo entre un niño insomne y Anne, el personaje principal de entre un mosaico de nombres extranjeros (Sean, Belle, Steven) y que pelean con su día a día en escenarios como el bar Picalagartos del centro histórico, el mercadillo de la calle Feria o el barrio del Cerro del Águila.

Mariscal utiliza un estilo sin mayúsculas, con cambios de narrador y episodios difíciles de indexar, enumerados por letras, porque en literatura "lo importante es cómo te dejas llevar, cómo lo cuentas, más que lo que cuentas", ha subrayado.

En el libro hay guiños a Charles Bukowski, al cine negro o a la infancia de una generación que en los setenta u ochenta jugó con "Tragabolas".

La novela, que homenajea a las librerías de segunda mano, está editada en papel y formato digital y forma parte de la colección "de_Sastre" de Palimpsesto 2.0.

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