Un documental desgrana Barcelona 92 como origen del éxito deportivo español

  • Cambiaron una ciudad e incluso un país pero, sobre todo, la mentalidad de unos deportistas hasta entonces acostumbrados a perder. Casi dos décadas después de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, un documental desgrana la relevancia de aquella cita como origen del actual éxito del deporte español.

Àlex Cubero

Barcelona, 21 dic.- Cambiaron una ciudad e incluso un país pero, sobre todo, la mentalidad de unos deportistas hasta entonces acostumbrados a perder. Casi dos décadas después de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, un documental desgrana la relevancia de aquella cita como origen del actual éxito del deporte español.

De la mano del premiado programa televisivo Informe Robinson, el documental "Barcelona '92: donde todo empezó", presentado hoy en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, inicia un viaje por aquel inolvidable momento, en sus imágenes y testimonios de los protagonistas de unos Juegos que marcaron un antes y un después.

Una fiesta del deporte español que, sin embargo, arranca con la pausa que otorga la perspectiva del paso de los años, entre la melancolía y el sosiego de un Pasqual Maragall, por aquel entonces alcalde de la ciudad, caminando reflexivo sobre la pista del Estadio Olímpico Lluís Companys, absolutamente vacío.

Atrás queda aquel éxtasis de una ciudad acomplejada que buscaba abrirse al mundo y a ella misma. "Fue una conjunción que difícilmente volverá a repetirse. Fue aunar a personas, del sector público y privado, entusiasmar a la gente normal", ha explicado a Efe Narcís Serra, ex alcalde y ministro español durante los años 80.

"Hay cosas que las ves más claras cuando han pasado. A medida que pasa el tiempo, cada vez pienso que lo que hicimos es más importante", ha admitido Serra, uno de los testimonios del mundo político que aparecen en el reportaje, junto a otros como Maragall, el ex presidente catalán Jordi Pujol o el publicista Lluís Bassat.

Precisamente, son ellos los que dan forma a la primera parte de un reportaje que examina el antes de los Juegos, desde las artimañas diplomáticas para conseguir la candidatura hasta los apuros para llegar a tiempo a su celebración. Todo, siempre, bajo la palabra "aunar", que se repite una y otra vez.

Pero el punto álgido del documental llega a partir del arranque de aquellos Juegos Olímpicos, repasando uno por uno los logros de un deporte español que recogió los éxitos del Plan de Ayuda al Deporte Olímpico (Plan ADO), hasta conseguir 22 medallas, 13 de ellas de oro. La mayor gesta de la historia deportiva española.

"Marca mucho. Somos historia del deporte español, los que abrimos las puertas. El tiempo hace sentirte más satisfecha", ha reconocido a Efe la ex judoca Miriam Blasco, la primera mujer española en obtener una medalla olímpica. "En el resto de Juegos se sigue hablando de Barcelona. Ha sido precioso recordarlo hoy".

Tres semanas reconstruidas en imágenes ya eternas y en los recuerdos de deportistas como Miriam Blasco, Kiko Narváez, Epi, Arantxa Sánchez, Manel Estiarte, Fermín Cacho, Elisabeth Maragall, Antonio Rebollo, Natalia Vía Dufresne, Antonio Peñalver o José María Van der Ploeg, entre muchos otros.

"Lo que ha pasado con Barcelona es como el buen vino, con el tiempo mejora y nos da una perspectiva más importante de lo que fue", ha comentado precisamente Van der Ploeg, medalla de oro en vela. "No éramos conscientes de lo que hacíamos. Pero queríamos hacerlo bien y todo el mundo dio lo mejor de sí mismo. Fue mágico".

Eterno, mágico, imborrable. Adjetivos que han repetido los presentes en un acto que ha alcanzado su clímax con momentos como el encendido del pebetero con la flecha de Rebollo, el dramático oro de Blasco, el gol de Kiko en la final olímpica de fútbol, la amarga plata de waterpolo, la carrera inolvidable de Cacho en 1.500 o la desilusión en un baloncesto que encumbró el cenit del "Dream Team" norteamericano.

"Antes no comprendía el lema olímpico, que lo importante es participar. ¡Qué cursilada!, pensaba", ha señalado a Efe el responsable del reportaje, el ex futbolista Michael Robinson.

"Ahora, con 53 años -ha añadido- nunca había podido estar más de acuerdo. La generosidad de ofrecerse, el orgullo de competir, es tremendamente elegante. Ganar al final se convierte en algo basto, comparado con cambiar la historia". La de un país, la de una ciudad, la del futuro de todo un deporte. EFE

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