Varsovia muestra las diferentes caras del compositor Federico Chopin

  • Nacho Temiño.

Nacho Temiño.

Varsovia, 4 sep.- Una exposición muestra en Varsovia diferentes imágenes, retratos y pinturas inspiradas en Federico Chopin, el célebre pianista polaco cumbre del romanticismo europeo cuya imagen ha ido cambiando a los largo de las décadas, hasta hacerse más abstracta y simbólica.

Más de 170 retratos del compositor forman parte de esta exposición en el museo Federico Chopin de la capital polaca, un espacio que gira en torno a la figura del que en Polonia es considerado un auténtico héroe nacional.

La mayoría de los óleos, dibujos, litografías y esculturas fueron realizados tras la muerte del artista (Zelazowa Wola, Polonia, 1 de marzo de 1810- París, 17 de octubre de 1849), cuando las obras del pianista ya habían pasado a formar parte de la historia de la música europea.

También se encuentran carteles, sellos, postales y otros recuerdos basados en la imagen del compositor, donde se aprecia cómo ésta fue cambiando tras su muerte al paso de las diferentes corrientes artísticas que se han sucedido desde mediados del siglo XIX.

Pero no sólo las técnicas de cartelería o pictóricas marcan la forma en la que Chopin fue retratado, sino que también hay una clara diferencia en los retratos elaborados durante su vida, generalmente mostrando al compositor de una manera similar a la de los aristócratas de la época, y los que siguieron a su muerte.

Es tras su fallecimiento cuando muchas representaciones del maestro polaco comienzan a adquirir dimensiones abiertamente patrióticas, e incluso se le representa como un gran vidente y pensador, en un periodo en el que la Polonia ocupada se esforzaba en crear sus propios héroes.

La muestra, que se podrá ver hasta el próximo mes de febrero, se expone en el museo Chopin de Varsovia, un moderno espacio ubicado en el Palacio Ostrogski de la capital polaca.

Este edificio del siglo XVI, toda una joya en una ciudad prácticamente destruida durante la II Guerra Mundial, cuenta con tres plantas dedicadas a la vida y obra del pianista.

Entre ese recorrido hay una mención expresa a la Real Cartuja de Valdemosa, en Mallorca, donde un enfermo Chopin pasó el invierno de 1839 junto a su pareja entonces, la escritora George Sand, y los hijos de ésta.

En el museo el visitante se sentirá como si visitase el interior de una caja de música, ya que las notas de Chopin resuenan en cada rincón trasladando al melómano al corazón del romanticismo europeo, con las polonesas, mazurcas o nocturnos del pianista polaco.

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