Ventura, Puerto y Fandi se reparten ocho orejas y un rabo en Puertollano

  • Ocho orejas y un rabo se repartieron hoy el rejoneador Diego Ventura y los matadores de toros Víctor Puerto y David Fandila "El Fandi" en el triunfal festejo mixto celebrado hoy en la localidad ciudadrealeña de Puertollano.

Puertollano (Ciudad Real), 3 may.- Ocho orejas y un rabo se repartieron hoy el rejoneador Diego Ventura y los matadores de toros Víctor Puerto y David Fandila "El Fandi" en el triunfal festejo mixto celebrado hoy en la localidad ciudadrealeña de Puertollano.

FICHA DEL FESTEJO.- Dos toros para rejones de La Castilleja, el cuarto como sobrero, anovillados y de escaso juego, y cuarto de Herederos de José Luis Marca para lidia a pie, de buenas hechuras y pobres de cara, mansurrones y de escasa clase en general, excepto el buen sexto.

El rejoneador Diego Ventura, silencio y dos orejas y rabo.

Víctor Puerto, oreja y oreja tras aviso.

David Fandila "El Fandi", dos orejas y dos orejas.

La plaza tuvo media entrada.

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UN PALCO DESATADO

Los tres toreros intervinientes en la corrida salieron a hombros de la plaza a pesar de lo poco visto en ella, merced a un desaforado afán de otorgar trofeos de un palco desatado.

Diego Ventura anduvo a medio gas en el que abrió festejo, ante el que falló a la hora de matar, y apretó en su segundo, más manejable, después de que el titular fuera devuelto por manso, lo cual no está contemplado en el reglamento como causa de devolución.

Aún así, esa circunstancia propició que Ventura se viniera arriba y ofreciera una labor con más chispa, llegando a sacar cuatro caballos distintos en el tercio de banderillas. La traca final llegó al clavar un par a dos manos y tres banderillas cortas, lo cual, unido a clavar el rejón de muerte a la primera, le granjeó los máximos trofeos.

Víctor Puerto destacó en su primero con el capote a la verónica, manejando la tela con despaciosidad. No pudo redondear faena por la falta de clase del de Marca, que apenas fue picado, en un trasteo al que faltó hilván, fundamentalmente debido a la escasa condición de su oponente.

En el quinto Puerto anduvo animoso, acertando a dejarle la muleta en la cara para ligar a un toro que se quiso ir a tablas en todo momento.

El Fandi estuvo en Fandi, es decir, vistoso con capote, espectacular en banderillas, y en tono menor con la muleta. A sus manos fue el mejor toro -con diferencia- de la tarde. Fue el sexto, un jabonero acapachado de cuerna, bien hecho, y escobillado del pitón izquierdo.

Se gustó a la verónica, llegando a quitar por ese palo con buen aire. Entonado con los palos, instrumentó una faena en la que mezcló pasajes más templados con otros de menores sutilezas, antes de que el de Marca se apagara definitivamente.

De la faena a su primero, un toro de escasa presencia que topó contra las telas, poco hay que reseñar, a pesar de que se le concedieran, de manera incomprensible, las dos orejas.

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