Aldeas Infantiles cumple 50 años: "El mayor orgullo es haber dado una familia a niños que no podían vivir con la suya"

  • El presidente de Aldeas Infantiles SOS España, Pedro Puig, afirma que el mayor orgullo en los 50 años que lleva funcionando la institución en el país es "haber dado una familia a muchos niños que lamentablemente no podían vivir con la suya, es decir, que hayan podido vivir unos años con sus hermanos, en un hogar y con una figura de referencia como es la 'Madre SOS'".
EUROPA PRESS
EUROPA PRESS

Aldeas Infantiles SOS comenzó su andadura en España en 1967 de la mano de Montserrat Andreu, psicóloga y asistente social que, tras visitar Austria buscando ideas para crear un centro de atención a la infancia desprotegida en Barcelona, conoce a Hermann Gmeiner, fundador de Aldeas Infantiles SOS, y decide trasladar la idea a España.

Cincuenta años después, Aldeas Infantiles, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2016, atiende a más de 5.000 niños y jóvenes en los programas de prevención, casi mil niños y jóvenes están acogidos en los programas de protección y más de 18.400 niños y jóvenes están apoyados por Aldeas en España y Latinoamérica. Su reto es que para 2020, 35.000 niños crezcan en un ambiente familiar protector.

"En 1967, Aldeas marcó una tendencia, fueron pioneros y rompió un sistema de trabajo con niños que no podían vivir con sus familias", explica Puig en una entrevista con Europa Press. "Sus creadores dijeron una cosa muy sencilla que, aunque ahora nos parezca normal, rompió los esquemas de esa época. Afirmaron que los grupos de hermanos tenían que vivir juntos y en un ambiente familiar protector".

Desde entonces, la institución sigue luchando por mantener la unificación de los hermanos en los casos de acogimiento familiar. "A veces es muy difícil, pero es lo mejor para los niños", añade. Por ello, de cara al futuro, Aldeas exige al Gobierno que incluya en su agenda política a "estos niños que no pueden vivir con sus familias", que se aumenten los recursos destinados a la infancia, que se apueste por el acogimiento familiar y que se apoye a estos menores cuando cumplan los 18 años.

"Actualmente, uno de cada tres menores en España vive en riesgo de pobreza y exclusión social, eso dice muy poco de nuestro país --explica Puig--. Se ha demostrado que la marginación es un ciclo que pasa de padres a hijos pero que si se logra que un niño rompa ese ciclo, la integración se puede lograr y salir adelante. Eso es lo que tenemos que intentar conseguir".

ENCARNA: VOCACIÓN POR SER 'MADRE SOS'

Encarna llegó a Aldeas Infantiles con 30 años tras leer un anuncio en una revista. Casi 32 años después sigue ligada a la institución, ahora como directora de la aldea de El Escorial. "Siempre había tenido la inquietud de que en el mundo sobraban hijos y que no necesitaba los míos propios y yo quería realizarme como madre, por eso me quería ir de misiones pero cuando vi que en España también hacía falta, no lo dudé", explica Encarna, 'Madre SOS' durante 21 años, a Europa Press.

Cuando llegó a Aldeas le asignaron una casa con nueve niños. El más pequeño tenía 9 meses y el mayor de 14 años. Los tres mayores se emanciparon a los pocos años, pero con los seis más pequeños se quedó hasta que el pequeño cumplió los 21. "Realmente vivíamos como una familia", afirma.

Recuerda cómo en la época en la que llegó, las 13 casas de El Escorial estaban llenas y llegaron a tener a 96 niños para 16 adultos. Para Encarna, ser 'Madre SOS', un trabajo de 7 días a la semana y 24 horas al día, ha sido más bien una forma de vida y asegura que, a pesar de que hubo muchos momentos duros nunca pensó en marcharse por los niños. "Era como abandonarles otra vez a su suerte, aunque la persona que hubiera venido podría haber sido mucho más hábil que yo, por eso creo que ha merecido la pena", añade.

Para Encarna, lo más duro de estos años como 'Madre SOS' ha sido trabajarse la frustración, ver cómo a veces los niños toman decisiones que quizás no compartes y la separación. "Seguimos manteniendo mucho el contacto pero siempre les he dicho que si ellos quieren algo de mí que ahí estaré siempre, pero que no les voy a perseguir porque ellos tienen su propia vida -explica--. Si ellos no creen que pueda formar parte de ella, pues que yo lo entiendo, porque es de las cosas que me he trabajado: No tengo que esperar nada de ellos que no sea sólo lo que ellos me quieran dar".

Por último, desde el punto de vista personal, la elección de ser Madre SOS ha supuesto una gran renuncia. "Dejas tu vida de lado", afirma. En su caso, su familia y amigos aunque le dijeron que estaba "loca", la apoyaron en su decisión. "Eso sí, les dije que si querían verme, me tenían que admitir con los 9 y dijeron que sí", afirma.

TOMÁS: "ALDEAS ME HA HECHO SER QUIÉN SOY"

Tomás llegó a Aldeas Infantiles de Cuenca con 13 años junto a su hermana de 11 años y su hermano de 9. Su caso fue bastante particular porque, en principio, los servicios sociales querían separarles de sus hermanos. Sin embargo, desde Aldeas no apoyaban esa opción. "Recuerdo cómo el director de Aldeas, Ángel, me hizo tomar mi primera gran decisión, o irme o quedarme con mis hermanos y elegí quedarme con ellos. Por eso, le estoy muy agradecido", explica.

De los principios, Tomás recuerda que fueron muy duros sobre todo por la falta de confianza. "Todo el mundo te dice que no te preocupes, que te van a ayudar, pero tú no te fías, tienes que verlo, necesitas que te lo demuestren", añade. Por ello, a todos los niños que llegan a Aldeas les recomienda que tengan paciencia para que todos los que trabajan ahí les puedan demostrar que realmente van a estar muy bien cuidados.

"Ellos me ayudaron a quitarme inseguridades y modificar esa mochila que traes cargada de cosas para que lleves el peso que te corresponde, el de tus decisiones, y no de cargas externas impuestas por las circunstancias", explica. Y es que Tomás, al ser el mayor de los hermanos tuvo que cuidar de los pequeños desde siempre. Aunque reconoce que le costó un tiempo, en Aldeas pudo "liberarse" de esa carga que no le correspondía a su edad y dedicarse a sí mismo, a jugar y a ser un chico de 13 años.

A los 16 años pasó a vivir a una residencia de Aldeas con otros chicos de su edad en el programa 'Tránsito a la vida adulta' donde les empiezan a enseñar a ser responsables de todas las tareas del día a día. Enseguida empezó a estudiar cocina y se quedó hasta los 19 años mientras que terminaba sus estudios. "Mis mejores recuerdos tanto en aldeas como en el resto de mi vida son alrededor de una mesa con tus amigos, tus familiares y he intentado tomar eso para mi día a día, para mi modo de vida, y de ganarme la vida", explica.

Una de las cosas que más agradece de Aldeas es que siempre se preocuparon de que sus hermanos y él, mantuvieran el contacto con su familia biológica, sobre todo con su madre. "Al principio, íbamos cada 15 días a ver a mi madre y luego empezó ella a venir a Aldeas porque decía que era mejor para nosotros. Gracias ese contacto, ahora mantenemos una buena relación con toda la familia", explica.

Actualmente, Tomás vive en Alicante donde lleva trabajando desde hace ocho años en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Este año se ha sacado el título de Sumiller Internacional en Barcelona y está enormemente agradecido con todo lo recibido por parte de Aldeas. De hecho, asegura que últimamente se acuerda mucho de su Madre SOS, la hermana Rosario. "Últimamente pienso en muchas cosas y consejos que me daba y que la mayoría se han ido cumpliendo --recuerda--. Llevo unos años sin tener contacto con ella pero no tardaré mucho en recuperarlo porque tengo que ir a darle las gracias por todo".

Mostrar comentarios