Andalucía aumentó la superficie forestal arbolada en los últimos 50 años, según un estudio de investigadores del CSIC

EUROPA PRESS

El estudio ha sido publicado en un extenso artículo incluido en el último numero (32) de la 'Revista de Estudios Andaluces', publicación recientemente indexada en la base de datos 'Emerging Sources Citation Index' de la plataforma editorial internacional Web Of Science (WOS - Thomson Reuters), que recoge las referencias de las principales publicaciones científicas de cualquier disciplina del conocimiento, tanto científico como tecnológico, humanístico y sociológicos desde el año 1945, según ha informado el CSIC en una nota.

Así, entre 1956 y 2007, se produjo un notable incremento de las superficies arboladas, principalmente zonas de arbolado denso (+186.050 hectáreas; un 44,27 por ciento más) y zonas de matorral con arbolado (+181.112 hectáreas; +12,65%). Por el contrario, se redujeron las superficies arbustivas y herbáceas sin arbolado en 526.881 hectáreas, un 33,13 por ciento, todo ello como consecuencia de las repoblaciones forestales llevadas a cabo a mediados del siglo XX, continuadores de una labor que se inició a finales del siglo XIX.

Desde el punto de vista metodológico, el estudio ha permitido incorporar como novedad la distribución espacial de los procesos de persistencia, avance, retroceso de cada cubierta forestal, así como los procesos de transferencia, transición o intercambio de un tipo a otro.

De este modo, se pudo constatar cómo la persistencia ha sido el rasgo dominante de las superficies dominadas por encinas o alcornoques, mientras que se ha producido un "espectacular avance" de los pinares en las principales sierras de la región. Y, finalmente, destacaron las grandes plantaciones de eucaliptos, especialmente en la provincia de Huelva.

Otra novedad que incorpora estudio es la evaluación de la importancia de los principales motores del cambio, denominados 'drivers' en la literatura científica sobre cambios en la ocupación del suelo. En el caso de Andalucía, los 'drivers' físicos como la litología o las pendientes explican la distribución del ámbito forestal, que se localiza preferentemente en zonas montañosas e improductivas desde el punto de vista agronómico. Por el contrario, factores derivados de la proximidad a zonas urbanizadas, carreteras, entre otras, suelen explicar la distribución de las zonas no forestadas.

HUELVA Y ALMERÍA, EN SENTIDO OPUESTO

En términos relativos, Huelva es la provincia donde la superficie forestal arbolada ocupa una mayor proporción, el 52,37 por ciento, unas 531.218, lo que le convierte en segunda provincia con mayor superficie arbolada en términos absolutos y la primera si se consideran las formaciones forestales arboladas densas.

En sentido opuesto se encuentra la provincia de Almería, donde las formaciones arboladas son las más escasas y son las formaciones arbustivas, herbáceas y sin apenas vegetación las predominantes, pues suponen el 48,35 por ciento de la superficie total provincial, unas 514.343 hectáreas, pese a que en los últimos 50 años se han reducido considerablemente.

Los resultados obtenidos en este estudio --que están en la línea de los derivados en los últimos inventarios forestales-- no son suficientes para inferir una evolución futura de las actuales masas forestales a largo plazo.

"Existen modelos predictivos para simular la dinámica futura de las superficies forestales, si bien es poco realista aventurarse ofreciendo proyecciones lineales cuando están concurriendo numerosos procesos superpuestos que no terminamos de esclarecer del todo", explica el geógrafo Oliver Gutiérrez-Hernández, quien además aclara que "las actividades humanas explican buena parte de la distribución y evolución de las superficies arboladas. En este sentido, las montañas han permanecido como los lugares aparentemente menos antropizados debido a la dificultad para introducir actividades agrícolas; sin embargo, la cubierta también forestal ha sido históricamente transformada".

Sin embargo, el abandono de determinadas prácticas forestales, la incidencia creciente de las sequías, la proliferación de patógenos exóticos o el impacto de los incendios forestales dibujan un escenario "complejo a medio y largo plazo", según añade Gutiérrez-Hernández, que alerta en este sentido de que "está por ver cómo evolucionará la superficie forestal, tanto la representada por comunidades preexistentes como representada por especies introducidas o re-introducidas, porque en ambos casos estamos constatando procesos de decaimiento forestal".

"La seca está afectando a miles de hectáreas de encinas y alcornoques, tanto en dehesas como en grandes formaciones arboladas densas. También hay pinares afectados por procesos de decaimiento en las sierras granadinas o almerienses. En esas estamos muchos investigadores de diferentes centros de investigación, examinando cada uno en su ámbito todos estos procesos", ha concluido el geógrafo.

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