El Ayuntamiento de Barcelona destinará 40 millones de euros hasta 2020 para el mantenimiento y la renovación del pavimento y las calzadas de la ciudad, ha anunciado este jueves la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, en declaraciones a los periodistas en el cruce entre la avenida Diagonal y la Gran Via de Carles III, en la que se está trabajando en el asfalto.
Ha detallado que el Gobierno de Ada Colau ha aprobado la licitación del mantenimiento y reparación del asfalto de carriles bici y carriles bus, con una nueva contrata para el periodo entre 2017 y 2020 valorada en 25,3 millones de euros --incluidos en los 40 totales--, que se prevé adjudicar en otoño y que entre en vigor a principios de 2017.
Además, el ejecutivo municipal ha aprobado en comisión de gobierno dos contratos de obras de mantenimiento y renovación de los pavimentos del resto de la red para este año y 2017, valorados cada uno en 5,8 millones de euros, en dos contrataciones que prevén fomentar el empleo de personas con dificultades de inserción al mercado laboral.
Los 5,8 millones anuales de estos contratos --que prevén actuaciones en espacios como la avenida Josep Tarradellas y las calles Pau Claris y Escorial en el primero y en las plazas Alfons Comín y Karl Marx en el segundo-- se incluyen en el Plan de Rehabilitación Integral de la ciudad, que prevé una partida de 15 millones en todo el mandato para pavimentaciones.
PAVIMENTO SONOREDUCTOR
Sanz ha destacado que el objetivo es haber actuado en 2020 en los 12 millones de kilómetros cuadrados de calzadas de la ciudad, con cuatro millones de ellos con asfalto sonoreductor, que se priorizará en las zonas en las que las molestias del el tráfico afecten más a vecinos, áreas que se deben "acabar de afinar".
Las actuaciones en el pavimento incluyen reparaciones programadas y de urgencia, las operaciones de asfalto sonoreductor, asfaltados especiales, obras de conservación preventiva, trabajos de refuerzo e intervenciones de renovación completa.
El contrato de 25,3 millones incluye novedades como priorizar las actuaciones de mejora en los carriles bus, usar vehículos de servicio de mantenimiento totalmente eléctricos, utilizar máquinas de baja contaminación acústica y atmosférica y valorar el fomento del empleo de personas con dificultades de inserción.
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