EL CAMBIO CLIMÁTICO MERMA LAS POBLACIONES DE ANFIBIOS EN LOS PIRINEOS

El calentamiento en grandes altitudes en el Valle de Aspe (Pirineos franceses) impulsa la mortalidad de ranas y sapos por un hongo quítrido que ataca la piel de los anfibios y se espera que esta situación empeore por el cambio climático.
Tras años de especulaciones de que el cambio climático está detrás de las muertes de estos animales por los hongos quítridos, investigadores de la Escuela Imperial de Londres y de la Sociedad Zoológica de Londres (Reino Unido) dedicaron ocho años a comparar la temperatura del Valle de Aspe con la enfermedad de la quitridiomicosis en sapos parteros (‘Alytes obstetricans’).
El estudio, publicado en la revista ‘Philosophical Transactions of the Royal Society B’, señala que el hongo ‘Batrachochytrium dendrobatidis’ (‘Bd’) ha afectado gravemente a más de 700 especies de anfibios en todo el mundo, causando más extinciones que cualquier otra enfermedad infecciosa conocida por la ciencia.
Después de estudiar la fusión de lagos y las tasas de infección de anfibios durante ocho años, los investigadores encontraron que las probabilidades de contraer la enfermedad tanto para ranas como para sapos se incrementaban cuanto más temprano se fundían los lagos de esa zona pirenaica.
Los investigadores crearon modelos climáticos de predicción que se centraron en las temperaturas de esa parte de los Pirineos y señalan que la región continuará calentándose “de manera significativa y que los lagos congelados serán cada vez más raros”, lo que significa que los renacuajos de los anfibios pasan cada vez menos tiempo bajo el hielo y que esto tiene un efecto multiplicador de la infección de ‘Bd’ en ranas y sapos.
Aunque la relación entre la fusión de los lagos y las tasas de infección por ‘Bd’ es clara, no se sabe por qué la temperatura tiene ese efecto. Las teorías van desde si los lagos más cálidos proporcionan las temperaturas ideales para el crecimiento de los hongos quítridos a que los depredadores de zoosporas de hongos quítridos son menos activos en los lagos más cálidos.
EXTINCIÓN “POCO PROBABLE”
Los lagos de esta región de los Pirineos tradicionalmente se mantienen congelados hasta mediados de cada año y, aunque es normalmente muy común en los sapos parteros, la infección por ‘Bd’ se mantiene bajo control por las bajas temperaturas y los lagos helados.
Sin embargo, el aumento de las temperaturas hacen que los lagos se derritan a principios de año, lo que significa que los anfibios están expuestos a un clima cada vez con menos lagos congelados y son menos capaces de hacer frente a los efectos de la infección de hongos quítridos.
La disminución de las especies de anfibios pueden ser vistos como indicador de la degradación del medio ambiente y la quitridiomicosis como responsable de las extinciones en masa hace que sea un ejemplo de una extinción del Antropoceno debido principalmente a la actividad humana.
“Estos hallazgos muestra otra devastación de especies gracias a la actividad humana. Afortunadamente, es poco probable que los sapos parteros vayan a sufrir una extinción, en gran parte porque la temperatura depende de la altura, por lo que los sapos en las zonas má bajas sobrevivirán”, explica Mtthwe Fisher, de la Escuela Imperial de Londres.

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