CAMBIO HORA. LA SOCIEDAD DEL SUEÑO PIDE QUE LOS NIÑOS SE ACUESTEN UNA HORA ANTES PARA GANAR UN 10% DE SUEÑO

El doctor Gonzalo Pin Arboledas, miembro del Grupo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES), asegura que “si adelantamos la hora del descanso, que es posible y no tan descabellado, los niños van a ganar hasta un 10% de sueño al día”. A su juicio, más que en el cambio de hora hay que fijarse en la incidencia de la luz, la temperatura, la actividad física o el horario de las comidas, que influyen en el reloj biológico.
Esta es una de las propuestas de la SES ante el debate sobre los efectos del cambio de hora y la racionalización de los horarios, aunque los expertos también apuntan que hay que tener en cuenta los factores ambientales.
En concreto, el presidente de la sociedad, Joaquín Terán, aboga por “defender un modelo ecológico y sostenible de sueño ligado a la salud mediante la armonización de los ritmos biológicos y los ritmos sociales de la población”.
“Se pueden hacer y lograr cosas sin necesidad de gastar dinero o destinar muchos recursos. En primer lugar es imprescindible respetar los ritmos lógicos y los datos científicos que tenemos de la cronobiología y la cronosociología. Y luego es necesaria la involucración de las administraciones públicas y los agentes sociales”, agrega Pin, que recuerda que el 25% de la población española tiene afectados los ritmos circadianos, es decir el “reloj” interno que controla el ritmo de sueño y vigilia.
Pin explica que ese porcentaje es uno de los datos que se ha obtenido en un estudio promovido por la Unión Europea que ha conseguido reducir la somnolencia diurna en los centros docentes del 29,1% al 15,7%. El trabajo, que se ha llevado a cabo en Italia, Turquía y España durante los últimos dos años, modificó los horarios de más de 4.000 personas entre 3 y 18 años, siguiendo criterios cronobiológicos y, también, eliminando el uso de dispositivos electrónicos en sus habitaciones, promoviendo cenas tempranas en familia o el traslado al centro educativo andando.
El experimento también provocó el aumento del rendimiento académico y que el 63% de los estudiantes que en un primer momento tenían problemas de sueño bajara al 41% a los dos años.

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