Las autoridades chinas ordenaron el cierre de fábricas y obligaron a sus obreros a tomarse vacaciones forzadas antes de la cumbre del G20 prevista el 4 y 5 de septiembre en Hangzhou.
El gobierno de esta ciudad cercana a Shanghái decidió además cerrar varios comercios en el centro entre el 1 y 7 de septiembre, en un intento de reducir el tráfico en esta área urbana de nueve millones de habitantes.
Las autoridades también pidieron a las habitantes que se tomen vacaciones fuera de la ciudad, según una cuenta del gobierno en Twitter.
Hangzhou lleva meses preparándose para la cumbre, que reunirá a jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo, entre ellos Barack Obama o Vladimir Putin.
Varias fábricas en un radio de 300 kilómetros alrededor de Hangzhou también fueron obligadas a cerrar durante 12 días para intentar reducir la importante contaminación, según el gobierno.
El cierre afecta a fábricas textiles, de productos químicos y de materiales de construcción en la región de Shanghái y en otras cuatro provincias.
China suele ordenar el cierre masivo de fábricas para intentar luchar contra la extrema contaminación de sus ciudades, en particular cuando acoge eventos internacionales.
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