En una nota, el Colegio Oficial de Médicos ha lamentado "profundamente que, una vez más, un episodio de violencia haya perturbado un entorno donde deberían prevalecer la confianza y la serenidad" para "garantizar el correcto desempeño de una profesión que tiene un objetivo tan delicado y necesario como son los cuidados y la sanación".
La organización, "consciente de la relevancia del problema, defiende la tolerancia cero ante los ataques verbales y físicos a profesionales sanitarios" y ha señalado que las agresiones a estos profesionales "no solo producen graves efectos negativos en las personas que las padecen, sino que también perjudican a todo el sistema de salud en su conjunto".
Por eso, el Colegio de Médicos de Córdoba se ha remitido al documento 'Directrices marco para afrontar la violencia laboral en el sector de la salud' de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que dice que "las consecuencias negativas de esa violencia generalizada repercuten fuertemente en la prestación de los servicios de atención de salud".
Desde el colectivo se ha afirmado que "la profesión sanitaria sufre un elevado nivel de estrés y un alto riesgo de violencia en el trabajo", estimando que "casi un 25 por ciento de la violencia en el trabajo se produce en el ámbito sanitario".
Ante este panorama, el Colegio de Médicos de Córdoba ha advertido sobre el riesgo de que "se llegue a considerar la violencia como un parte inevitable en el trabajo" y ha apelado a todos los agentes sociales para que "favorezca iniciativas de lucha contra la violencia laboral". Para ello, el Colegio de Médicos está "comprometido para participar, contribuir e impulsar cuantas iniciativas y mecanismos dirigidos a eliminar la violencia se emprendan".
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