250.000 FIRMAS PIDEN APROVECHAR LA COMIDA SOBRANTE EN LOS COMEDORES ESCOLARES

Alrededor de 250.000 firmas apoyan una petición para modificar la legislación que permite tirar el excedente de alimentos en los comedores escolares y aprovecharla para darla a las familias más necesitadas de cada municipio.
La petición, formulada a través de Chaneg.org, subraya que según la FAO un tercio de los alimentos que se producen en el mundo se pierde o se desperdicia, una cifra "escandalosa" más aun en un contexto de crisis con miles de familias en dificultades.
"En los comedores escolares, cada día se tiran a la basura toneladas de alimentos, mientras que hay familias que no pueden llevarse nada a la boca", asegura Cristina Romero, la impulsora de la petición, que responsabiliza de ello a las normas dictadas por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
En concreto, a la Ley ey 17/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición y los reales decretos que establecen la normas de higiene para la elaboración, distribución y comercio de comidas preparadas y la manipulación de alimentos, y que establecen que la comida sobrante no puede ser manipulada por razones higiénicas y sanitarias.
Debido a la ambigüedad del redactado de la ley y para eximirse de responsabilidad en caso de una hipotética intoxicación, explica la petición, las empresas de catering y los centros escolares tiran diariamente cientos y cientos de kilos de comida en buen estado, algo que considera "intolerable" además de "un mal ejemplo" para los niños.
Asegura la petición que hay diferentes maneras de distribuir esa comida para su traslado a comedores sociales o albergues cercanos. Por ejemplo, que los propios centros escolares la embalen en envases de una sola ración, etiqueten y congelen. Después, las entidades sociales o los ayuntamientos pueden recogerla asegurándose de no romper la cadena de frío y garantizando la correcta conservación de los alimentos, y se distribuiría entre las personas necesitadas.
Los alimentos envasados o no elaborados, como yogures, fruta, verdura sin cocinar o envases que no hayan sido abiertos, se pueden dejar en los colegios para su posterior distribución.

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