"No podemos ser cristianos que alcen continuamente el estandarte de prohibido el paso, ni considerar que esta parcela es mía, adueñándome de algo que no es absolutamente mío", ha dicho ante cientos de miles de fieles que se han congregado en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, donde el Pontífice continúa el periplo colombiano que cerrará el domingo en Cartagena.
Además, ha resaltado que en Colombia hay muchas situaciones que reclaman de los discípulos el estilo de vida de Jesús, particularmente el amor convertido en hechos de no violencia, de reconciliación y de paz.
Para el Papa, la "renovación" es una tarea que pasa por "ponderar lo normativo cuando está en juego el seguimiento" o cuando las "llagas abiertas" o el "clamor de hambre y sed de justicia" interpelan e imponen "respuestas nuevas". Por ello, ha instado a los fieles a buscar a los "que tienen hambre de Dios" y "de dignidad, porque han sido despojados" y "no impedirles o prohibirles ese encuentro".
"La Iglesia no es nuestra, es de Dios; Él es el dueño del templo y del sembrado; todos tienen cabida, todos están invitados a encontrar aquí y entre nosotros su alimento. Nosotros somos simples servidores", ha recalcado.
En esta línea, ha ensalzado la figura del sacerdote jesuita español Pedro Claver (1580-1654) canonizado el 15 de enero de 1888 por el Papa León XIII y conocido como el "santo esclavo de los esclavos" a quien venerará este domingo en la iglesia de Cartagena donde se hallan sus restos mortales.
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