En este sentido, desde la red se ha hecho hincapié en que, a pesar de que el número de inmigrantes ha descendido más de un 25 por ciento en los últimos seis años(14.266, por los 20.800 de 2010 según datos ofrecidos por el Ayuntamiento de Valladolid), la cifra de personas "nuevas" que demandan sus servicios se ha "estabilizado" en torno a las "600 anuales".
Aspectos como la "crisis económica", los "cambios legislativos", la "restricciones de derechos" en áreas como Sanidad y Educación y en el "acceso a recursos", además de los cambios más "estrictos" en la nacionalización" ha propiciado ese descenso de inmigrantes en los últimos seis años, para situarse sobre el 4,5 por ciento del total de la población en Valladolid capital, casi seis puntos menos que la media española.
Así lo han señalado Silvia Arribas, Alberto Ares y Eduardo Mendoza, responsables de distintas parcelas de la Red Íncola, que han incidido en que la asociación "se ha ido adaptando", durante estos diez años, a las "demandas" de este colectivo de exclusión social.
"En los primeros años, las personas que accedían a la Red Íncola nos pedían ayudas en alimentos o alojamientos y ahora demandan más ayudas en formación, empleo, infancia y juventud", ha resumido la responsable del área de Sensibilización de la ONG, Silvia Arribas.
El actual coordinador de la Red Íncola, Eduardo Mendoza, ha insistido que los objetivos de la asociación, formada por una decena de instituciones, han ido variando pasando de la "sensibilización" en los tres primeros años, a poner el foco "en el empleo" en los siguientes tres y mirar hacia "las segundas generaciones" en los últimos ejercicios.
Sobre este último aspecto, Mendoza ha señalado que se trabaja con los hijos de inmigrantes de una forma "integral" al presentar "problemas de identidad", ya que no saben "si son de aquí o de su país de origen" y de educación, "al tener dificultades de integrarse en los centros". Además, ha explicado que están "intentado" que este colectivo "se abra a Valladolid" ya que han notado que "se quedan en su barrio y no suelen moverse de ahí".
Una de las usuarias de los diferentes programas que presta la Red Íncola es Juliana Marte, mujer que llegó a Valladolid en 2008 procedente de la República Dominicana y que ha agradecido a la ONG "todo lo que han hecho" por ella. "Me asesoraron, me formé laboralmente, encontré trabajo y ahora ayudan a mis hijos. Estoy muy a gusto aquí y todo se lo debo a ellos", ha reconocido.
Por último, Alberto Ares, coordinador del sector social de la Compañía de Jesús, ha sustentado el "buen hacer" de la Red en "el trabajo intercongregacional, el liderazgo ilusionado, la gestión económica ajustada a los recursos que maneja la ONG, el voluntariado y las relaciones institucionales".
RED ÍNCOLA
La Fundación Red Íncola tiene su origen en 2006, si bien su "germen" se sitúa a mediados de los 90 con el Centro del Voluntariado Social. Está integrada por nueve instituciones que manejan un presupuesto que ronda los 240.000 euros que llegan de "socios y donantes, fundaciones privadas e instituciones públicas, tanto estatales, como autonómicas y locales".
La fundación presta a los inmigrantes servicios de alimentos, de alojamiento, atención jurídica, psicológica, mediación y acompañamiento, formación laboral -con 205 inserciones laborales en el último año-, apoyo escolar, alfabetización, programas de mejora de calidad de la vida infantil, entre otros.
Además, la ONG cuenta con una amplia presencia de voluntarios, sólo en Valladolid hay 400, y se ha expandido a otras siete provincias (A Coruña, Palencia, Burgos, Segovia, Madrid, Huelva y Melilla).
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