Ahmed Rashid: "Los talibanes han madurado y hay que tomarlos más en serio"

  • El escritor paquistaní Ahmed Rashid, uno de los mejores conocedores del movimiento talibán y del Afganistán actual, considera que muchos de los seguidores del mulá Omar "han madurado y entienden los cambios en la sociedad afgana".

Pau Miranda

Lahore (Pakistán), 16 mar.- El escritor paquistaní Ahmed Rashid, uno de los mejores conocedores del movimiento talibán y del Afganistán actual, considera que muchos de los seguidores del mulá Omar "han madurado y entienden los cambios en la sociedad afgana".

"Los talibanes son un grupo mucho más maduro de lo que creen los Estados Unidos", dice a Efe el analista en su casa de la ciudad paquistaní de Lahore, y añade que "hay que tomarlos en serio como fuerza política y eso es algo que no se ha hecho".

"Gobernaron seis años, fueron derrotados, se reorganizaron y llevaron a EEUU a una situación de bloqueo (militar). Obviamente tienen una fuerza oculta a veces no visible. Tienen unidad, lealtad y visión estratégica de sus objetivos", argumenta.

Casado con una española, Rashid sigue la realidad afgana desde mucho antes de que el país saltara a primera página de la actualidad con los atentados del 11-S y su libro "Los talibanes", publicado a inicios de 2001, se convirtió de inmediato en obra de referencia.

El autor es desde hace años muy crítico con la intervención de las potencias occidentales y alega que la incertidumbre que rodea los comicios afganos del próximo 5 de abril plasma el fracaso de la estrategia de la comunidad internacional.

"Nadie sabe qué pasará tras estas elecciones y eso evidencia el triste balance que dejan 13 años de presencia internacional y un billón de dólares gastado. Ni siquiera los estadounidenses pueden predecir qué va a pasar", lamenta Rashid.

"Occidente no ha dado la suficiente importancia a estas elecciones, y no es un problema de ahora, sino ya del último año" añade Rashid, que en su libro "Descenso al caos" (2009) repasó extensamente el fracaso de la intervención en el país asiático.

"No habrá observación internacional, EEUU dejó que se expulsara a los observadores de Naciones Unidas. Tampoco hay datos (de votantes) internacionalmente aceptados", dice el escritor, que augura "una crisis interna que habrá que ver si degenera en conflicto armado".

A pesar de todo, Rashid ve oportunidades de paz tras el proceso electoral y la retirada de las tropas aliadas, que se completará a final de este año, aún a falta de saber el volumen de fuerzas que Washington dejará en suelo afgano.

"Dentro de los talibanes hay una facción que más que moderada yo llamaría partidaria de la paz, que entiende que si se prolonga la guerra tras la salida de la OTAN el país tardará solo seis meses en estar hambriento", razona el analista.

"Dejaría de llegar comida y ayuda, las ONG se irían, Naciones Unidas se iría exactamente como pasó en 2000, cuando los talibanes quedaron totalmente aislados. El grupo de la paz lo entiende y busca un compromiso con el Gobierno para compartir el poder", afirma.

Aún así, este profundo conocedor de la insurgencia afgana advierte de que "hay ramas talibanes muy ideologizadas que no piensan transigir" y que eso ha generado "un intenso debate en la cúpula talibán que ha llevado a paralizar las conversaciones".

Por lo que respecta a las otras etnias del país, que en la guerra civil de los años 90 se agruparon en la llamada Alianza del Norte, Rashid opina que a pesar del resentimiento, la mayoría de ellas optarían por un compromiso que evite una nueva contienda interna.

Sobre los rumores de que el mulá Omar ha perdido el control de las filas integristas o incluso de que está muerto, el analista defiende que "aún es el líder" y "transmite mensajes, aunque quizás no ejerce un control directo sino indirecto".

"Aunque nadie lo haya visto en tres o cuatro años -añade-, está ahí, seguramente en algún tipo de arresto domiciliario por parte de los paquistaníes",dijo. Hay cierto consenso sobre el hecho de que la cúpula talibán se halla en la ciudad paquistaní de Quetta.

Rashid, que ha promovido durante más de una década la necesidad de reconstruir la sociedad afgana, también mantiene cierta dosis de optimismo sobre la posibilidad de que no se pierdan los tímidos avances sociales de la última década en el país asiático.

"El grupo de la paz entiende que hay un nuevo Afganistán, nuevas clases de afganos educados y a los que hay que acomodar. En realidad para los talibanes son muy útiles, porque en sus filas tienen muchos mulás pero no tecnócratas para administrar el país", apunta.

"En cuanto a las mujeres, ahora muchas trabajan y eso es algo a lo que ni ellas mismas ni los hombres de sus familias van a renunciar, porque muchos hogares dependen de un sueldo femenino", explica Rashid.

"Además, el sistema educativo depende de las mujeres porque son casi la mitad del conjunto de profesores del país", argumenta Rashid, que sintetiza: "Va a haber resistencia social, mucha más de la que hubo hace 20 años con el ascenso de los talibanes".

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