Ban pide a los rebeldes tuareg que detengan inmediatamente ataques en Mali

Naciones Unidas, 8 feb.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó hoy los ataques de los grupos rebeldes de la etnia tuareg en Mali y les pidió que detengan "inmediatamente" la violencia e inicien negociaciones con el Gobierno del país africano con el objetivo de resolver sus diferencias.

"El secretario general condena el uso de la violencia como medio de conseguir objetivos políticos, por lo que pide a los grupos rebeldes el cese inmediato de sus ataques y que inicien el diálogo con el Gobierno de Mali", dijo el portavoz de Ban, Martin Nesirky, en un comunicado.

La revuelta de grupos armados tuareg comenzó a mediados del pasado mes de enero en protesta contra la marginación que, según estas facciones, sufre el norte del país, cerca de las fronteras de Mauritania, Argelia y Níger.

Los enfrentamientos entre esos grupos y el Gobierno de Mali, que ha provocado el desplazamiento de más de 20.000 personas en esas zonas, ha abierto nuevamente un conflicto que se creía cerrado tras un acuerdo suscrito en 2009 para poner fin a la rebelión tuareg.

"El secretario general está profundamente preocupado por el enfrentamiento entre los grupos rebeldes tuareg y las fuerzas gubernamentales, y está especialmente inquieto por las consecuencias humanitarias a gran escala de la crisis", añadió el portavoz de Ban, que alertó acerca de la muerte de civiles y el gran número de desplazados que buscan refugio en los países vecinos.

Esa situación no hace más que "agravar la ya de por sí calamitosa situación humanitaria en toda la región del Sahel", subrayó el máximo responsable de Naciones Unidas, quien destacó el "apoyo del organismo" a los esfuerzos por lograr "una solución pacífica y duradera a la crisis".

La ONU ha desplegado equipos de emergencia en los países vecinos de Mali para asistir a las más de 20.000 personas que han huido en las últimas semanas a causa de los enfrentamientos.

La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados calcula que en las últimas tres semanas al menos 10.000 personas han cruzado a Níger, 9.000 a Mauritania y 3.000 a Burkina Faso.

Además, según sus últimos datos, la presión es especialmente fuerte en Níger, donde algunas aldeas han multiplicado hasta por cinco su población original por la llegada de los refugiados, muchos de los cuales no tienen otra opción que instalarse a la intemperie y carecen de comida, agua y de las condiciones de higiene mínimas.