En Málaga

La banda de chinos que cavaba túneles para tener la luz para cultivar marihuana

Alijo de hachís intervenido
Alijo de hachís intervenido
Europa Press

Buscaban una casa o una nave para alquilar y uno de los requisitos es que estuviera cerca de un repetidor de la luz. Sólo así podían no levantar sospechas en la factura cuando enlazaban los cables necesarios para alumbrar la plantación de marihuana que escondían en su interior. En una operación conjunta de Guardia Civil y Policía Nacional han sido detenidas 19 personas, todas de nacionalidad china, que pese a las estrictas medidas de seguridad que tomaban (viajando siempre en coche de alquiler, aparcando a kilómetros de su destino al que llegaban andando o en transporte público o sin poner sus nombres en ninguno de los contratos de alquiler) los agentes acabaron desarticulando a esta organización dedicada al tráfico internacional de marihuana. 

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado ya tenían conocimiento de que ciudadanos de nacionalidad china comenzaban a introducirse en este tipo de actividades ilegales, que hasta ahora era ejercida por ciudadanos de otras nacionalidades, hecho que se ha constatado con esta investigación saldada con la detención de diecinueve personas, de los que trece han ingresado en prisión, a las que se acusa de los delitos de pertenencia a grupo criminal, tráfico de drogas, defraudación de fluido eléctrico, falsificación de documentos, robo con violencia e intimidación, robo con fuerza y estancia ilegal.

Tras varias semanas de investigación se pudo determinar que el grupo criminal disponía de varias viviendas y naves industriales que utilizaban como plantaciones y en ellas tenían a personas encargadas de vigilancia y mantenimiento durante las 24 horas del día, viviendo en condiciones de mala salubridad. El que mejor dormía lo hacía sobre un colchón tirado en el suelo porque encontraron a algunos pasando la noche en el suelo, sin servicio, con restos de comida alrededor... y todo ello bajo el férreo control de los cabecillas del grupo criminal que les impedía salir y dejar su cometido. Algunos no eran conscientes de que sus nombres eran los utilizados para comprar alguno de los inmuebles.

Entre las medidas de seguridad de esta banda se encuentra en que nunca iban en coches comprados sino que siempre circulaban con vehículos alquilados y nunca el mismo. Cuando se acercaban a algunas de las plantaciones nunca aparcaban cerca, ni tan siquiera a una manzana, sino que a veces los agentes que les perseguían se encontraban con la dificultad de tener que ir muy cerca porque se ponían a pasear kilómetros o dejaban el vehículo en una parada de autobús para subirse al transporte público.

Pero una peculiaridad de esta banda es la construcción de túneles desde el interior de los inmuebles hasta acceder al cableado eléctrico existente entre las arquetas del alumbrado público, para conseguir la fuerza eléctrica necesaria para los cultivos de marihuana, ocultando de esta forma las posibles inspecciones de las empresas de electricidad por la subida en la factura. Dichos túneles tenían la capacidad de la entrada de un hombre que arrastraba el cable hasta el punto al que llegaban cavando en forma de U. Este método es calificado por los investigadores como muy novedoso, ya que dificulta enormemente su detección garantizando su anonimato. Los vecinos tampoco se percataban de nada ya que nada más llegar el camión de la mudanza escuchar obras en la casa de al lado suele ser lo habitual. 

En la operación se han intervenido 9.000 plantas de marihuana (en cuatro plantaciones interiores), 19.000 euros en metálico, cuatro vehículos, pasaportes falsificados de la República Popular China, material para la falsificación de documentos, numerosos útiles para producción, embalaje y distribución de la droga y teléfonos móviles, entre otros materiales.

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