Sao Paulo, 4 nov.- Brasil expulsó a más de 1.000 refugiados suramericanos durante la dictadura que gobernó el país entre 1964 y 1985, en un acuerdo sigiloso entre diferentes países del Cono Sur, informó hoy la prensa brasileña según documentos de las Naciones Unidas.
Según el diario O Estado de Sao Paulo, que obtuvo acceso en Ginebra al archivo de las Naciones Unidas, el acuerdo para la expulsión de los refugiados fue pactado entre 78 militares brasileños y argentinos, con el apoyo de otros países vecinos como Chile y Uruguay y de la propia Cancillería de Brasil.
El Gobierno brasileño devolvió opositores a los países de origen, situación que es considerada por la ONU como una violación a los derechos humanos, y rechazó pedidos que tenían el aval del organismo multilateral.
Brasil recibió entre 1977 y 1982 a 3.300 latinoamericanos que buscaban asilo político, pero ese estatus de refugiado sólo fue dado a 1.380 personas, todas transferidas a otros lugares, y esa situación fue denunciada en 1979 por el entonces representante regional de la ACNUR, Rolf Jenny.
El alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en comunicados internos de la época conocidos por el diario brasileño, manifestó varias veces que "Brasil no aplica en la práctica la ley de asilo nacional para la izquierda y los no europeos" y mantenía así una "posición extraoficial".
La justificativa, según los textos, era que Brasil "no era más un país de inmigración y que una integración de refugiados era difícil", pero la ONU refutaba con el argumento que los inmigrantes portugueses que huían de Angola después de la descolonización eran recibidos con todas las prerrogativas en territorio brasileño.
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