Caos en el Aeropuerto de Barajas

Cuatro noches en la T1: "Nos tratan como a bichos, nos han abandonado"

En los rincones de la terminal, los pasajeros sin avión se amontonan en sillas. Las maletas y los cartones han sido sus únicos aislantes. "No tenemos problema con la comida, lo tenemos con el frío".

Aeropuerto Barajas atrapados
Cuatro noches en la T1: "Nos tratan como a bichos, nos han abandonado".
Beatriz Jiménez

Alrededor de las 13 horas del mediodía dos pasajeros reparten agua y sándwiches en la T1 del aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Se llaman Atef y Yasmin, y llevan cuatro noches durmiendo en el suelo de Barajas a la espera de que su compañía, Arabic Air, les reubique en un vuelo a Tánger. Con la noche del martes ya suman cinco. Otros pasajeros marroquíes aguardan sentados en sillas amontonadas que han ido acumulando en los rincones de la terminal para evitar el frío. Las maletas y los cartones han sido sus únicos aislantes. "No tenemos problema con la comida, lo tenemos con el frío", explica Yasmin. 

Desde el viernes por la noche, AENA habilitó una sala en la planta inferior con un catering para alimentar a los atrapados sin rumbo. Los bocadillos de tortilla han sido lo más demandado. "Han volado", explica Domingo, el operario encargado de gestionar el reparto de comida en un aeropuerto colapsado por la borrasca Filomena. Domingo cuenta que la empresa gestora de aeropuertos ha suministrado comida a los pasajeros a lo largo de estos días pero que, desde la dirección, han dado la orden de dejar de repartir a partir del miércoles. "El problema también ha sido que hay gente que no puede comer cerdo. Se han ido llevando las cajas para ir repartiendo la comida por la terminal", explica señalando la mesa casi vacía.

 Los mismos cartones de las cajas son los que han utilizado los pasajeros con destino a Tánger para dormir en el suelo. Entre los productos ofrecidos, no han faltado agua, galletas, sándwiches de bacon, jamón, hamburguesas de pollo con queso y bocadillos de tortilla. "Había un termo de café y dos de leche, no han faltado en ningún momento y se han ido renovando cuando se daba el aviso", explica el operario. Atef y Yasmin se han llevado de esa sala los productos para repartir.

Desde el viernes les llega un mensaje de su compañía comunicándoles que el vuelo saldrá mañana. Y mañana nunca llega. Entre la muchedumbre, Mohammed, padre de tres niños, cuenta que ha intentado improvisar una cama con su abrigo para sus hijos. También lleva varias noches. Cada día se acercan a la oficina de la empresa subcontratada, Groundforce, para saber más información sobre el vuelo. Pero la respuesta es la misma: están haciendo todo lo posible por recolocarles.

La responsabilidad de realojarles en un hotel recae sobre la aerolínea y, en su caso, la suya no se hace cargo. Mientras, algunos pasajeros invocan a la suerte, como un juego de azar, comprando más vuelos. "La compañía dice que va a venir alguien pero, al final, nadie viene. Somos como bichos", explica Yasmin. "He comprado dos billetes", acaba sentenciando. Recostados en las paredes, la mayoría de pasajeros corre la misma suerte. La suerte del que sabe que se puede ir por donde ha venido o, si lo intenta un poco más, puede volver a casa en avión.

Una pareja ha acudido al aeropuerto esperando coger su vuelo a Francia, es la tercera vez que lo intenta. En la planta inferior, un chico pierde su vista en el móvil a la espera de que salga su vuelo a Budapest. Hoy por fin vuela a las 20 horas. "Vine de Sao Paolo el viernes y me reubicaron a Málaga. Llegué ayer, y estuve persiguiendo al personal de la compañía nueve horas para que me dieran el equipaje", explica cansado. "Llevo más de treinta horas despierto, al final me he comprado un vuelo directo con Wizz Air, espero que la compañía me devuelva el dinero".

El trato de los pasajeros en Barajas ha dependido mucho de la aerolínea. El pasado viernes cerró el aeropuerto de Madrid alrededor de las 21 horas. Justo ese día, un vuelo de Turkish Airlines con destino Estambul se quedó ocho horas esperando en pista. Como explica María, una de las pasajeras que tiene la esperanza de viajar cuatro días después: "Estuvimos desde las 17:55 horas hasta las 2 de la mañana aproximadamente. Luego nos reubicaron en el hotel Marriot, nos han tratado muy bien", explica aliviada a La InformaciónAdemás cuenta que tanto los trabajadores del hotel como los del aereopuerto han tenido que hacer un gran esfuerzo doblando turnos sin relevo.

Ayer le llamaron para decirle que ya tenía vuelo a las 19:55 horas. Se presentó en Barajas con la esperanza de volar, con ilusión porque va a hacer un voluntariado europeo al conseguir una beca. Al final, le fueron retrasando el vuelo. Finalmente, se lo cancelaron. "Nos dijeron a las 20 horas que el avión estaba en Barcelona y que no le habían dado pista. Otros compañeros han cogido el avión de las 17, pero han esperando dos horas por problemas técnicos", explica la joven. Mañana volverá, a ver si hay suerte.

Los nombres de Yasmin y Atef son ficticios, los protagonistas han pedido cambiarlos para proteger su identidad. 

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