Cerca del 80 % de los pacientes con epilepsia son menores de 18 años

  • Cerca del 80 % de los pacientes con epilepsia son menores de 18 años y, de ellos, siete de cada diez evolucionarán favorablemente al tratamiento y conseguirán llevar una vida normal si se les diagnostica correctamente.

Madrid, 8 feb.- Cerca del 80 % de los pacientes con epilepsia son menores de 18 años y, de ellos, siete de cada diez evolucionarán favorablemente al tratamiento y conseguirán llevar una vida normal si se les diagnostica correctamente.

Así se desprende de la nuevo manual "Atlas en epilepsia en la edad pediátrica", coordinado por los doctores Francesc Sanmartí e Ignacio Málaga, y avalado por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP).

Los expertos han hecho hincapié hoy, en una rueda de prensa, en la importancia de diagnosticar acertadamente cada caso y de seleccionar el tratamiento más adecuado para cada paciente epiléptico, una enfermedad que padecen 250.000 personas en España, de las que 60.000 son menores de catorce años.

El profesor Serafín Málaga, presidente de la AEP, ha comentado que este nuevo libro proporcionará una herramienta de información sobre la atención médica de la epilepsia en los niños, al tiempo que servirá para superar la "estigmatización" que sufren los afectados.

Por su parte, María Luz Ruiz-Falcó, presidenta de la SENEP, ha subrayado la importante labor de los especialistas pediátricos en epilepsia infantil "ya que a estas edades tiene un difícil manejo y requiere del estudio y control por equipos multidisciplinares dedicados a esta patología".

En los primeros años de vida del niño la epilepsia es más frecuente, según ha descrito Sanmartí, jefe de Sección de Neurofisiología Clínica y coordinador de la Unidad de Epilepsia Pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu. "Los síndromes epilépticos durante el periodo neonatal no tienen buen pronóstico", ha agregado.

Entre cero y un año se concentra la incidencia más alta, situándose entre 75 y 250 casos por cada 100.000 habitantes, cifra que se mantiene elevada hasta los diez años.

"La medicina del niño ha mejorado mucho en los últimos años y uno de esos avances han sido las unidades de neonatología. Se salvan más vidas pero las secuelas derivadas del parto prematuro o traumático a nivel renal, aparato locomotor y neurológico también han aumentado", ha aclarado Málaga, responsable de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Universitario Central de Asturias.

En los lactantes, según ha dicho, los casos de epilepsia son heterogéneos pero, en su mayoría, tienen un curso favorable y no son fáciles de tratar con medicación.

Sin embargo, durante la etapa preescolar y escolar existe mucha incidencia de epilepsias benignas y la mayoría evolucionan favorablemente y apenas precisan medicación, ha proseguido el especialista.

A medida que el niño va cumpliendo años y se hace mayor, la aparición de crisis desciende y se mantiene estable hasta los 50 años, mientras que, a partir de los 75, es de 111 por cien mil habitantes.

Sanmartí ha informado de que el síntoma más característico de la enfermedad es la convulsión acompañada de vértigos y mareos y, cuando el niño la sufre, "lo primero de todo y lo más importante es evitar que se haga daño y se golpeé en la cabeza al caer".

"Hay que desmitificar el hecho de introducir objetos en la boca para inmovilizar la lengua; no sólo no es preciso sino que no se aconsejable", ha comentado.

Una vez que ha cedido la convulsión, se debe colocar al paciente sobre un costado con el fin de que si tiene náuseas, el contenido del vómito no invada las vías respiratorias, ha subrayado.

Transcurrida la crisis los padres deben poner estos hechos en conocimiento del pediatra con el fin de determinar la causa, en el caso de que se trate de una primera crisis o modificar el tratamiento si se trata de un paciente recurrente.

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