Coalición gobernante en Alemania vuelve a enfrentarse por crisis migratoria

  • La coalición entre conservadores y socialdemócratas que gobierna Alemania vuelve a enfrentarse a causa de la actual crisis migratoria, esta vez por las condiciones de acogida de los refugiados sirios.

El detonante fue uno de los colaboradores más cercanos de la canciller Angela Merkel, su ministro del Interior Thomas de Maiziere, que anunció el viernes ante la sorpresa general que Alemania iba a limitar las condiciones de acogida de los sirios.

Según el ministro, que estaba de visita en Tirana, los sirios sólo obtendrán un permiso de residencia de un año, sin posibilidad de traer a sus familias a Alemania. Horas más tarde, tuvo que desdecirse después de que el portavoz de la canciller, Steffen Seibert, negara un cambio en las condiciones de acogida de esos refugiados.

Los sirios, a quienes Alemania abrió sus puertas de par en par, conseguían generalmente un permiso de residencia de tres años junto a una autorización de reagrupamiento familiar.

Desde el principio de 2015, más de 240.000 sirios entraron en el país, de los cuales sólo 88.000 lo hicieron en octubre.

Pero el daño está hecho en el seno de la coalición, y el partido socialdemócrata (SPD), socio de los conservadores de Merkel, puso el grito en el cielo tras el anuncio de Maiziere. Ambas formaciones ya se oponían sobre las medidas a adoptar para intentar disminuir el número de inmigrantes que acude al país.

El gobierno alemán acaba de mostrar que "es cierto que la crisis de los refugiados causa disensiones" en la coalición, opina Tilman Mayer, politólogo de la universidad de Bonn (oeste).

La dirección del SPD sigue defendiendo su política de mano tendida a quienes huyen de la guerra y las persecuciones, mientras que el ala más conservadora del ejecutivo, liderada por De Maiziere, quiere acabar con las llegadas masivas de inmigrantes, según Mayer.

"En estos momentos, la canciller comparte más puntos de acuerdo con los socialdemócratas que con el ala más conservadora de su partido", añade.

Según los sondeos, la popularidad de Merkel se está reduciendo ante la crisis migratoria y su negativa a limitar el número de personas acogidas en el país.

Las declaraciones del ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, sobre la necesidad de "limitar el reagrupamiento familiar" no contribuyeron a tranquilizar a los socialdemócratas. "Nuestra capacidad de acogida de los refugiados no es ilimitada", declaró.

Para el ministro de Economía y líder del SPD, Sigmar Gabriel, los alemanes tienen la impresión de que "en este gobierno, la mano izquierda ya no sabe lo que hace la mano derecha".

No es la primera vez que la llegada de refugiados origina tensiones entre los partidos políticos alemanes. Durante semanas, la poderosa región de Baviera (sur), por donde llega la mayoría de inmigrantes tras su odisea a través de Europa, amenazó con tomar medidas drásticas sin el acuerdo de Merkel.

Los democristianos (la CDU de Merkel y sus aliados bávaros de la CSU) y los socialdemócratas necesitaron largas reuniones para sellar el jueves un acuerdo que permite acelerar la expulsión de los inmigrantes que no cumplen los requisitos para lograr el asilo.

Un día después, De Maiziere, un fiel aliado de Merkel que ha estado en todos sus gobiernos en los últimos 10 años, volvió a encender los ánimos con sus declaraciones y el diario Bild, el más popular del país, se preguntaba si debía seguir en su cargo.

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