El tiempo acompaña

Cómo ver la primera lluvia de estrellas del otoño: las dracónidas y las oriónidas

Aunque las primeras se podrán observar desde hoy, el momento de máxima actividad se espera este viernes, 8 de octubre. Las segundas tendrán su pico de actividad la noche del 21 al 22 de octubre.

Así fueron las perseidas
Así fueron las perseidas
Europa Press

Los amantes de la astronomía saben sacarle todo el partido al mes de otoño. Es la época de las dracónidas y las oriónidas, lluvias de meteoros que durante las próximas noches cautivarán a todos los que puedan presenciarlas (siempre que el tiempo lo permita). La cita empieza desde esta noche y hasta el 10 de octubre y la luna nueva facilitará el espectáculo cuyo máxima actividad se espera el viernes a las 19:00 horas según la experta de Meteored Natacha Payá.

Se pronostica un cielo oscuro en el que se producirán alrededor de 20 meteoros por hora, pero se trata de estimaciones y esto podría sufrir cambios como ya ocurrió en el año 2011, cuando se contabilizaron 600 meteoros por hora. Si se cumplen las previsiones, será una lluvia de estrellas modesta. Las dracónidas también pueden denominarse giacobínidas, ya que provienen del cometa 21P/Giacobini-Zinner descubierto en el año 1900. Este año, las partículas de polvo recorrerán la atmósfera a velocidades superiores a los 20 kilómetros por segundo.

Las oriónidas presentarán su mayor actividad durante la noche del 21 al 22 de octubre, pese a que se mantendrán en el firmamento hasta el 7 de noviembre. Alcanzan velocidades de entre 66 y 70 kilómetros por segundo y varían entre los 15 y 70 meteoros por hora. En cualquier caso, este será un mal año para su observación, ya que su máximo tendrá lugar tras la luna llena del 20 de octubre. Las oriónidas están asociadas a la estela del cometa 1/P Halley, que orbita en torno al sol cada 76 años y, como otros cometas, sus partículas se diluyen en la atmósfera dejando ese destello que tanto impacta.

Para ver el espectáculo es recomendable alejarse de la contaminación lumínica de la ciudad y disfrutar en cualquier punto sin obstáculos visuales, como un mirador o una montaña. Además, se recomienda llegar entre media hora y una hora antes de comenzar la observación para que la vista se adapte a la oscuridad del lugar.

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