Condenado el capitán del "Prestige", que causó la peor marea negra en España

  • La justicia condenó este martes definitivamente al capitán griego del petrolero "Prestige" a dos años de cárcel por la peor marea negra de la historia de España, en 2002 y abrió la puerta a indemnizaciones que podrían alcanzar miles de millones de euros.

El Tribunal Supremo español, máxima instancia penal española, "ha condenado a dos años de prisión al capitán" Apostolos Mangouras, según una sentencia hecha pública este martes.

El Alto Tribunal también abrió la puerta a posibles indemnizaciones al atribuir la "responsabilidad civil directa" de la catástrofe a la aseguradora inglesa The London P&I Club, por 1.000 millones de dólares, el máximo que figura en el contrato del seguro, y a la propietaria liberiana del petrolero, Mare Shipping Inc.

El "Prestige", un petrolero liberiano con pabellón de Bahamas, se hundió el 19 de noviembre de 2002 en el oceáno Atlántico frente a Galicia (noroeste de España) tras haber sufrido una avería durante un temporal. Durante semanas, 63.000 toneladas de fuel contaminaron las costas españolas, portuguesas y francesas.

Más de 300.000 voluntarios venidos de toda Europa participaron en la limpieza del 'chapapote', el combustible que manchó playas y acantilados.

Por el peor desastre ecológico sufrido en España, el Tribunal Supremo ha condenado al capitán del buque, ahora octogenario, "como autor responsable de un delito imprudente contra el medio ambiente en la modalidad agravada de daños catastróficos".

La sentencia recuerda, no obstante, que el capitán, de 67 años en el momento de la catástrofe, estaba bajo tratamiento médico tras haber sufrido una operación del corazón, y que su tripulación estaba compuesta por jóvenes marineros filipinos sin experiencia.

La decisión del Supremo corrige la sentencia de la Audiencia Provincial de La Coruña, que en 2013 decidió absolver capitán Mangouras, asi como a su jefe de máquinas y el entonces director de la marina mercante española, "de los delitos contra el medio ambiente y daños a espacios protegidos".

Mangouras fue condenado a nueve meses por un "delito de desobediencia grave a la autoridad" por negarse en un primer momento a que la nave fuese remolcada, pero el Tribunal Supremo no ha mantenido esta condena.

Estas absoluciones, contra las que protestaron miles de manifestantes en Galicia (noroeste), región que quedó muy marcada por esa catástrofe, fue recurrida por la fiscalía de La Coruña y el Estado francés ante el Tribunal Supremo, que en septiembre empezó a estudiar la cuestión.

El Alto Tribunal señala en su sentencia que las víctimas de la marea negra pueden acudir al Fondo Internacional para la Indemnización de Daños causados por hidrocarburos (FIDAC) para pedir una indemnización dentro de los límites establecidos en el convenio que lo regula.

El importe que deberán ingresar el capitán, la aseguradora y el propietario del Prestige para indemnizar a los afectados aun no ha sido fijado, señaló la más alta instancia penal española.

Sin embargo, ésta deberá cubrir "la restitución, la reparación del daño, tanto el emergente como el lucro cesante, incluido el daño medioambiental en sus distintos aspectos y la indemnización de perjuicios materiales y morales", apuntó.

En el juicio celebrado en Galicia, la reclamación por daños y perjuicios superaba los 2.200 millones de euros, aunque el daño sufrido fue evaluado en 4.121 millones de euros, de ellos 3.862 millones para el Estado español.

En 2013, el gobierno francés estimó en 109 millones de euros el coste de la marea negra para las víctimas francesas.

Pese a la condena, la organización de defensa de la naturaleza Greenpeace considera que el capitán ha sido un "cabeza de turco".

"Se busca, igualmente, proteger así a los verdaderos responsables del vertido que cubrió más de 2.500 km de costas españolas, portuguesas y francesas", afirmó Greenpeace en un comunicado.

La ONG considera que se trata de un "cierre en falso" del caso, y lamenta que "quienes decidieron alejar el barco de la costa, y optaron por dejar que se hundiese, (...) salen libres de toda responsabilidad".

El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, era en 2002 vicepresidente con José María Aznar. El ejecutivo conservador tardó en reconocer la marea negra y Rajoy llegó a afirmar en una rueda de prensa, una vez hundido el buque, que del pecio "salen unos pequeños hilitos" que tienen "aspecto de plastilina".

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