Después de tres fallecimientos

El SOS de una residencia de ancianos: "Situación crítica. Pedimos auxilio"

Residencial Cervantes (Cuenca)
Residencial Cervantes (Cuenca)
Residencial Cervantes

"¡Necesitamos ayuda!". El grito de socorro del pequeño centro de mayores Residencial Cervantes, en Villamayor de Santiago (Cuenca), recuerda que la crisis de las residencia no se limita a Madrid. La pandemia está azotando a las personas en edad avanzada por todo el país, y estos centros son un foco de alto riesgo. El director del Cervantes empleaba este lunes las redes sociales para recordar que necesitan auxilio urgente pues ya  acumulan tres muertes, después de que un anciano ingresado en el hospital regresara al centro sin conocer el resultado de su test, que al cabo de unos días fue positivo.

En la tarde del domingo un familiar enviaba un mensaje: "Acaba de fallecer mi abuela". Horas antes el director del Residencial Cervantes, en Villamayor de Santiago, había lanzado una primera llamada de socorro, desbordado frente a "un enemigo que está dentro, pero no se deja ver" y en busca de mano de obra y material de protección: "Situación crítica. Pedimos auxilio".

Villamayor es un pueblo de unos 2.500 habitantes dividido por una carreterilla que conduce al embrión de un infierno. En las afueras, la residencia acoge a mayores de los municipios del entorno. Con 13 trabajadores dados de baja por síntomas del coronavirus de los 30 en plantilla, la mitad de los 70 huéspedes está en una zona de aislamiento.

El responsable del centro, Jorge Fernández, alertaba ayer a Efe de la muerte de una mujer sin señales del virus. "Ha fallecido, no sabemos de qué", cuenta. Un tercer interno perdió también la vida el pasado domingo en el centro, nadie sabe si contagiado. "No se han hecho pruebas ni a internos ni a trabajadores", lamenta Fernández por teléfono, quien, a la espera de recibir los test, improvisa la "labor titánica" de cubrir las necesidades de los usuarios.

El hospital les devolvió a un positivo

El único positivo conocido se confirmó el pasado 24 de marzo en un hombre que fue ingresado en el hospital Virgen de la Luz de Cuenca por falta de aire y que al cabo de cuatro días volvió sin el resultado de la prueba. Hospitalizado nuevamente en estado grave, supieron que había dado positivo. Relata el director que el residente se levantó con un leve pico de fiebre. "Hubo que ponerle oxígeno, no remontaba, y lo mandamos al hospital", apunta el director del centro, que recuerda entrar en la habitación del interno vestido como un "astronauta". "Cuando regresó, nos pusimos en alerta", asegura. "Confinamos a los residentes en las habitaciones para preservar la distancia de seguridad".

La falta de medios se compensa con las donaciones de mascarillas de tela y batas hechas con bolsas de basura por los vecinos, además de las desinfecciones a diario del perímetro por tractoristas. Del interior se han encargado los Bomberos y agentes de extinción de incendios.

Desde la Administración han facilitado alrededor de medio millar de protecciones desechables y botes de gel hidroalcohólico. "Muy poco", según Jorge Fernández, que aun así agradece la colaboración de las autoridades en medio del caos. "El problema es que cada vez son más los residentes que presentan síntomas", lo que conlleva desplazarlos al área de cuarentena.

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