Desarticulada una red que traficaba con ciudadanos albaneses

La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal presuntamente dedicada al tráfico de ciudadanos albaneses, la mayoría de los cuales eran introducidos en Reino Unido con documentos de viaje falsos, por los que pagaban entre 500 y 4.000 euros. En total han sido detenidas 72 personas, 64 de ellas por falsedad documental y el resto por favorecimiento de la inmigración ilegal, pertenencia a grupo criminal y delito de prostitución.
Según informó hoy la Policía, los agentes han identificado a casi 180 víctimas de la organización, entre ellas 14 menores, aunque se sospecha que puede haber muchas más.
Las investigaciones, que continúan abiertas tanto en España como en Reino Unido, Italia y Grecia, comenzaron hace un año, cuando la Policía tuvo conocimiento de la existencia de un entramado criminal que se dedicaba a la introducción ilegal de ciudadanos albaneses en Reino Unido, utilizando para ello documentación falsificada.
Los inmigrantes viajaban hasta Italia o Grecia utilizando para ello su propia documentación. Una vez en estos países, la organización les proporcionaba un 'pack' compuesto por diversos documentos falsos con los que podrían llegar con éxito hasta el país de destino, Reino Unido principalmente.
Los billetes de avión eran adquiridos por la red a través de páginas web de compañías de bajo coste o en las propias compañías, a través de algún miembro de la organización. Además, la organización se quedaba en muchas ocasiones con la documentación original de los inmigrantes.
Las investigaciones han llevado a pensar a la Policía que este tráfico ilegal de ciudadanos tenía como finalidad asegurarse el cobro de un segundo plazo por el viaje de los inmigrantes, que sería abonado una vez éstos hubieran llegado a Reino Unido. En otras ocasiones lo que se buscaba era la privación de documentación para aprovecharla para la posterior explotación sexual de las inmigrantes.
Durante la operación se han practicado tres registros en dos domicilios y en un prostíbulo ubicados en Barcelona, durante los cuales se intervinieron 8.365 euros, 300 dólares y 400 libras esterlinas en efectivo, una pistola real y una simulada, tres relojes de alta gama y numerosos dispositivos informáticos.