Deserciones y ataques policiales, un peligro en la retirada afgana de la OTAN

  • Deserciones de reclutas que se pasan a los talibanes o habituales infiltraciones de insurgentes están arrojando fuertes dudas sobre la capacidad de las fuerzas afganas en pleno proceso de repliegue de las tropas internacionales en Afganistán.

Fawad Peikar

Kabul, 12 ago.- Deserciones de reclutas que se pasan a los talibanes o habituales infiltraciones de insurgentes están arrojando fuertes dudas sobre la capacidad de las fuerzas afganas en pleno proceso de repliegue de las tropas internacionales en Afganistán.

Seis soldados de la OTAN y once policías afganos han muerto en los dos últimos días víctimas de ataques de supuestos uniformados afganos que eran, en realidad, simpatizantes de los talibanes o, directamente, infiltrados del movimiento insurgente en las fuerzas de seguridad.

Y en las últimas semanas, decenas de miembros de la Policía Local Afgana (ALP) se han ido con los insurgentes en las provincias de Uruzgán, Ghor, Farah, Badghis o Herat, en parte por los débiles mimbres en los que sustenta su poder el Gobierno afgano.

En los distritos más conflictivos, la Policía local es la primera línea, pero se enfrenta mal armada a una insurgencia que se ha fortalecido y a la que anima la perspectiva de la salida progresiva de las tropas internacionales, que debe concluir en 2014.

La mayoría de los reclutas de esta policía -conocida popularmente como "Arbakai"- son aceptados en el cuerpo tras recomendaciones de líderes tribales o figuras influyentes, sin un proceso adecuado de control central, dice a Efe el general retirado Abdul Hadi Khaled.

"La Policía local afgana puede convertirse en un buen cuerpo si el mecanismo y la autoridad reside únicamente en el Ministerio de Interior, para tener un buen control sobre la misma", añade.

El cuerpo consta en la actualidad de unos 15.000 hombres que tienen un salario de 100 dólares mensuales, pero en los distritos más remotos del país y en aquellos de clara presencia talibán su contacto con las instituciones es muy tenue.

Pero la debilidad de la Policía local no se debe sólo a las interferencias de líderes locales o pequeñas bandas, sino también de las propias tropas internacionales, que fueron las que primero presionaron para su creación.

"La ALP fue establecida por las fuerzas internacionales y usada como escudo en algunas provincias, así que cuando estas tropas se marchan, los policías acusan el riesgo y llegan a acuerdos con los talibanes", afirma Khalid.

El peligro de las deserciones no solo apunta a la percepción de que los insurgentes están ganando influencia en algunas zonas, sino que además lleva consigo la consecuencia inmediata de que los insurgentes puedan estar obteniendo información de inteligencia.

El último vídeo difundido por los talibanes muestra de hecho el recibimiento que varios cabecillas rinden a un joven policía -con guirnaldas y abrazos- después de que este matara a su superior en un puesto y luego se pasara a las fuerzas insurgentes.

A finales de julio se conocieron también dos grandes deserciones de perfil sensible: las de 20 guardas de las tropas australianas y las de un comandante, junto a sus hombres y armas -incluido un vehículo de transporte de Estados Unidos- en el oeste del país.

"Desde el 21 de marzo de 2012, se han unido al movimiento talibán 324 miembros de las fuerzas de seguridad afganas", cuenta a Efe el portavoz talibán Zabiulá Muyahid.

"Hemos puesto en marcha un nuevo comité este año en el que invitamos a nuestros compatriotas afganos a unirse al movimiento", añade Muyahid, vía telefónica, desde un lugar no especificado.

En lo que va de año, se ha registrado también un repunte evidente de ataques de soldados y Policías afganos contra miembros de las tropas internacionales, aunque los motivos varían entre las discusiones o ajustes de cuentas y la simpatía por la causa talibán.

Los talibanes luchan por la salida inmediata de las tropas extranjeras y por derrocar al Gobierno afgano para implantar un régimen integrista, así que consideran que los Arbakai son "marionetas" de la fuerza internacional y les atacan a menudo.

Por eso, diputados como Ghulam Sarwar Fayez aseguran que en el proceso de reclutamiento de la Policía hay que garantizar que se tienen en cuenta las demandas y la satisfacción de la población local, para evitar que esta simpatice con la insurgencia.

"Hay figuras locales, antiguos señores de la guerra que están usando el programa para reclutar a familiares y lograr aumentar su poder personal y su riqueza en las provincias", opina Fayez.

Eso, agrega, sin contar el hecho de que poner armas en manos de policías que en realidad son aldeanos locales sin la debida formación allana el camino para un aumento de la violencia, como denunció en un informe la organización Human Rights Watch.

"Cuanto peor está la policía local, más fácil es para los talibanes presentarse como la protección para los residentes locales -concluye el político-. Así que hay que revisar el proceso de reclutamiento".

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