Día del Orgullo LGTB

15 años después: así hemos cambiado en España con el matrimonio homosexual

El país aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo en junio de 2005. Desde entonces, la percepción de la ciudadanía y de la clase política han experimentado grandes cambios.

Manifestación en el día del Orgullo en Madrid
Manifestación en el día del Orgullo en Madrid
Europa Press

El 30 de junio de 2005 se aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo en nuestro país, siendo España el tercer país del mundo que permitió a los homosexuales contraer matrimonio. "No hemos sido los primeros en aprobar esta Ley, pero no vamos a ser los últimos. Detrás vendrán otros muchos países impulsados por dos fuerzas imparables, la libertad y la igualdad", reconocía desde la tribuna del Congreso de los Diputados el presidente José Luís Rodríguez Zapatero.

En la tribuna para visitantes, un grupo de personas, representantes de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, se mostraron emocionados y agradecidos a los diputados que votaron a favor de la aprobación. Han pasado 15 años desde este momento que es, sin duda, uno de los grandes triunfos del colectivo LGTB en España

El impulso de la ley tuvo una respuesta política por parte del principal partido de la oposición, el Partido Popular, que decidió presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional. Aunque este fue rechazado en 2012 por el Alto Tribunal, la polémica también se trasladó a las calles del país, donde se produjeron varias manifestaciones en contra del matrimonio homosexual.

Según datos extraídos de la European Social Survey, en el año 2002 hasta el 27,7 % de la población española consideraba "injustificable" la homosexualidad, porcentaje que se redujo a tan sólo el 10,59 % de los ciudadanos en 2016. En este día del Orgullo 2020, y con la perspectiva que aportan la distancia de 15 años, cabe preguntarse: ¿ha ayudado la aprobación de aquella Ley del Matrimonio Homosexual a construir una sociedad más justa, o al contrario, como señalaban en aquel momento sus detractores, la ha polarizado?

De acuerdo con los datos que nos aporta la ESS, lo cierto es que la aprobación de la Ley sí parece tener efecto. El primer tramo, que coincide con el momento de la aprobación, experimenta una bajada especialmente pronunciada. Otro descenso llamativo se produce durante el bienio de 2012 a 2014, el cual se corresponde con el rechazo del TC al recurso contra el matrimonio homosexual del PP. Así, la aceptación del matrimonio y los derechos de los homosexuales creció en el seno de la población española a lo largo de la década de los 2000s y la aprobación y la postura del TC en 2012 parecen haber influido en la percepción ciudadana acerca de la homosexualidad.

¿Cambio generacional?

Un punto interesante para el análisis es comprobar si realmente han cambiado de opinión los españoles respecto a la homosexualidad, o si por el contrario, se debe a un reemplazo poblacional por parte de nuevas generaciones mucho más abiertas que sus predecesoras. Para ello, el estudio divide en seis grupos a la población española, según su año de nacimiento y las generaciones se parcelan cada 15 años, comenzando en 1910 y acabando en 2001 al ser los últimos entrevistados en la encuesta de la ESS. 

Como se observa en el gráfico, son las generaciones de personas más mayores las que presentan un mayor rechazo a la homosexualidad, rechazo que no se encuentra entre la gente más joven. Pero los datos no señalan tan sólo un cambio generacional en la población española. Todas las generaciones, a excepción del grupo de individuos nacidos durante la II República-Guerra Civil, mantienen una tendencia a la baja. Con el paso de los años, la sociedad española se convirtió en una sociedad más tolerante hacia las personas homosexuales. No sólo ha habido reemplazo generacional, sino que los ciudadanos españoles, en general, se han ido convirtiendo en personas más tolerantes y abiertas a lo largo de las últimas décadas.

La homofobia por partidos

Si la sociedad española se ha vuelto más tolerante, este cambio también puede apreciarse en la clase política, al menos en su gran mayoría. El cambio en el discurso del Partido Popular, el partido de la oposición en el momento de la aprobación de la Ley, se ejemplifica con la actuación del dirigente de la formación durante estos últimos años, Mariano Rajoy

El gallego afirmaba en 2005 que el recurso ante el TC se presentaría "le costase lo que le costase", e incluso, abiertamente, insistía en que el matrimonio "ha sido y será siempre una institución que es la unión de un hombre y una mujer para la procreación". Diez años después, el presidente del Gobierno se personaba en la boda de su compañero de partido, Javier Maroto. Con ello, el Partido Popular, pasó de mostrar una gran beligerancia a adoptar un actitud tolerante hacia la cuestión.

Este cambio en la dirección del Partido Popular ha ido de la mano, de forma progresiva, con el cambio en su electorado. Si bien el rechazo a la homosexualidad se reduce de forma paulatina en todos los partidos, llegando a mínimos en el año 2016, el cambio más significativo se produce entre las filas conservadoras, que experimenta una caída especialmente señalada tras el rechazo por parte del TC.

De la misma forma, la variación se produce también entre los votantes de otros dos partidos de centro-derecha, en este caso de corte nacionalista: CiU y el PNV. Los electorados de ambas formaciones en 2002 lideran, junto al PP, la oposición a la homosexualidad. Una tendencia que se ve reducida de manera paulatina.

Uno de los elementos más destacables en cuanto a la posición de los electorados son los bajos niveles de homofobia que presentan los partidos de nueva formación. Podemos, Ciudadanos, e incluso el PdeCat, presentan niveles mínimos de rechazo a la homosexualidad, aún cuando el partido del que provenía este último, CiU, había mostrado cifras mucho más altas apenas seis años atrás. 

Los españoles, los de entonces, ya no somos los mismos. Lejos quedaron las altas cifras de actitudes homofobas en nuestra sociedad, pero a este colectivo aun le quedan muchas conquistas pendientes. Este sábado Igualdad anunciaba la puesta en marcha de un Consejo de Participación LGTB con el fin de "fortalecer el diálogo permanente entre las Administraciones Públicas y la sociedad civil". Una iniciativa, que no supondrá un incremento de gasto público, y que puede ser útil para alcanzar una sociedad más igualitaria.

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