Discapacidad. Mujeres europeas con discapacidad piden a la ue políticas específicas contra la violencia de género


Representantes de varias entidades europeas de mujeres denunciaron este jueves en Madrid la invisibilidad de las ciudadanas con discapacidad en las políticas de género y pidieron programas específicos a la Unión Europea (UE) para luchar contra los malos tratos hacia las mujeres y niñas, especialmente si tienen discapacidad.
Estas activistas participaron en la mesa redonda titulada 'La violencia en las mujeres con discapacidad desde el tejido asociativo', en el marco de la conferencia internacional 'Los Desafíos del Nuevo Milenio para las Mujeres con Discapacidad', que se está desarrollando estos días en Madrid organizada por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi).
María Jesús San Pío, de la organización Salud Mental Europa, puso de manifiesto que según los datos preliminares de un estudio que está realizando su organización, que agrupa a asociaciones de 30 países, el 95% de las mujeres que han intentado suicidarse alguna vez habían sufrido malos tratos por parte de hombres y que entre el 50 y el 60% de las pacientes que buscan ayuda psicológica lo hacen tras haber sido víctimas de violencia de género.
Además, señaló que las mujeres con discapacidad tienen más tendencia a sufrir violencia doméstica y por periodos de tiempo más largos que las que no lo son. Y dentro de ellas, añadió, las que viven con discapacidad intelectual son las que más dificultades encuentran a la hora de denunciar su situación de violencia y abusos.
Para mitigar el problema de la violencia hacia las mujeres y en especial hacia las que tienen alguna discapacidad, San Pío pidió a la UE y a sus Estados miembros políticas específicas contra los malos tratos hacia las mujeres, además de que consideren los problemas de género transversales a todas sus políticas.
Cécile Gréboval, del Lobby Europeo de Mujeres, abundó en las propuestas de San Pío y denunció la ausencia de una política europea para prevenir y combatir la discriminación y la violencia contra las mujeres, que, se mostró convencida, supone "un problema estructural". Tanto es así, detalló, que siete mujeres mueren cada día en Europa por culpa de la violencia, un problema que afecta cuatro veces más al sexo femenino que al masculino.
Y es que, lamentó, la violencia "está todavía muy tolerada". En Francia, ejemplarizó, sólo el 2 por ciento de los violentos están condenados y hay únicamente cinco Estados de la UE que tienen el número de centros de acogida para mujeres maltratadas recomendado por habitantes.
"MARCHA ATRÁS" CONTRA LA VIOLENCIA
Pero para Gréboval, "lo peor es que hay una marcha atrás" en la política contra la violencia hacia las mujeres, puesto que los malos tratos ejercidos en el hogar no se reconocen como un delito criminal y, por tanto, no se conciben como un problema político.
Por su parte, Mary Nettle, de la Red Europea de (ex-) Usuarios y Supervivientes de la Psiquiatría, se quejó del tratamiento que reciben en muchas ocasiones los enfermos psiquiátricos, ya que no se respetan siempre sus derechos y, a veces, ni las organizaciones de personas con discapacidad les entienden.
Indicó que es necesario luchar contra el tratamiento de electroshock y la reclusión de los enfermos, que destruye relaciones familiares, y reivindicó el derecho de estos pacientes a ver reparados los daños sufridos por culpa de la "violencia psiquiátrica".
En representación de España, Kizkitza Velasco, de la Confederación Estatal de Personas Sordas (Cnse), puso de manifiesto la invisibilidad de las mujeres con discapacidad auditiva que sufren violencia de género.
Hay que tener muy claro, apuntó, que las mujeres con discapacidad sufren una doble discriminación, por el hecho de ser mujeres y por tener discapacidad, que en el caso de las que son además sordas se agrava por sus problemas de comunicación.
A estas mujeres, dijo, les resulta muy difícil, por ejemplo, poner una denuncia, por lo que abogó por que haya intérpretes en las comisarías, en los centros de acogida y, por supuesto, en las campañas de sensibilización.
La representante de la Cnse se quejó igualmente de la inaccesibilidad de los teléfonos móviles y apostó por cambiar su uso por el de la videoconferencia siempre que sea posible. Finalmente, pidió mayor formación para los profesionales y más accesibilidad en todos los servicios que puedan necesitar mujeres con discapacidad auditiva.
También para exponer su punto de vista sobre la situación española intervino Carmen Riu, de la Asociación Dones no Estándares y miembro de la Comisión de la Mujer del Cermi. En su exposición, se mostró convencida de la necesidad de seguir luchando para que las mujeres con discapacidad logren hacer una vida lo más normalizada posible y por aceptarse y conseguir que los demás las acepten tal y como son.
FUERA DE LA UE
Como ejemplos de lo que ocurre en otros lugares externos a la UE, Tika Dahal, de la Organización de Mujeres con Discapacidad de Nepal, y Ola Abu Alghaib, de la entidad Stars of Hope, expusieron cuál es la situación de las ciudadanas con discapacidad en Nepal y en Palestina.
La primera explicó que el escenario de la violencia hacia las mujeres en general adopta muchas formas en su país (física, psicológica, sexual o económica, entre otras), y aseguró que las féminas que tienen además alguna discapacidad están más expuestas a estos tipos de violencia que el resto.
Alghaib, por último, afirmó que tener discapacidad sigue siendo todavía motivo de vergüenza en algunas partes del mundo y denunció que las autoridades palestinas continúan dando muestras de tolerancia hacia la violencia contra las mujeres, que en muchas ocasiones incluso justifican al considerarla normal en el entorno familiar.
Aseguró que las autoridades han dado muestras algunas veces de tolerar la violencia al no querer aceptar que la violencia en el entorno familiar hacia las mujeres no es algo rechazable, sino, más bien, normalizado.

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