La mayoría de los 54 rebeldes del primer batallón formado y armado por Estados Unidos, que entró en Siria en julio, resultaron derrotados, secuestrados o murieron a manos de la rama siria de Al Qaida, el Frente Al Nusra.
Esta situación generó preocupación acerca de la poca preparación de los rebeldes formados por Estados Unidos.
Según altos funcionarios del Pentágono y del gobierno de Barack Obama, que hablaron con el periódico pero en condición de anonimato, el Pentágono no ha tomado aún una decisión sobre las propuestas específicas de la reforma.
Pero las opciones manejadas incluyen un aumento del tamaño de los contingentes de rebeldes sirios moderados entrenados en Turquía y Jordania y un reajuste de las regiones dónde serán desplegados los combatientes en Siria, con el fin de que se beneficien de un mayor apoyo de las poblaciones locales.
El Pentágono reconoce que el número de rebeldes formados y desplegados no es muy alto para resistir a un ataque.
Estados Unidos anunció en mayo que había comenzado a entrenar a rebeldes sirios moderados para combatir al grupo yihadista que hace más de un año proclamó un califato en zonas de Irak y Siria. Washington tiene como objetivo entrenar a unos 5.400 combatientes por año durante tres años.
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