Eiko Takahashi, 30 años de entrega al flamenco entre el Sacromonte y Japón

  • Granada.- La primera visita a España de Eiko Takahashi, japonesa de 58 años que vive a caballo entre las cuevas del Sacromonte en Granada y su país, le supuso un auténtico flechazo por su cultura y especialmente por el flamenco, por el que se declara "enamorada" después de media vida sobre los escenarios.

Eiko Takahashi, 30 años de entrega al flamenco entre el Sacromonte y Japón
Eiko Takahashi, 30 años de entrega al flamenco entre el Sacromonte y Japón

Granada.- La primera visita a España de Eiko Takahashi, japonesa de 58 años que vive a caballo entre las cuevas del Sacromonte en Granada y su país, le supuso un auténtico flechazo por su cultura y especialmente por el flamenco, por el que se declara "enamorada" después de media vida sobre los escenarios.

Y es que esta bailaora nipona, que puede presumir de haber bebido de artistas como Curro Albaicín, Mariquilla o Juan Andrés Maya, ha encontrado en este tipo de arte un verdadero "compañero de vida", como ha relatado en una entrevista con Efe.

Tras ese primer viaje a España, en el que le cautivó el país y la forma en la que su gente "sabe disfrutar de la vida", Eiko decidió hace ya más de 30 años dejar su trabajo en una compañía de publicidad para poder estar aquí más tiempo.

"Cuando tuve bastante dinero decidí dejar mi trabajo y venir a España. Aquí podía sentir lo que allí no tenía", explica esta ya veterana bailaora, quien decidió arriesgarse para cumplir el sueño de su vida y poder así aprender a bailar bien.

Y a tenor de su trayectoria parece que no le fue nada mal. En 1983, tan sólo después de dos años de aprendizaje en Sevilla, ganó su primer certamen de baile por sevillanas, convirtiéndose en una de las pocas japonesas que lo lograba.

"El baile de las sevillanas abre la puerta del flamenco a mucha gente", explica Eiko, al tiempo que asegura que para conocer y defender sobre los escenarios este arte hay que respetar la tradición y conocer a los artistas de la tierra.

La universalidad del flamenco, reconocida por la Unesco, hace además que traspase fronteras, como demuestra la artista, quien desde 1997 se dedica a impartir cursos de baile en Japón.

De hecho, estas clases la llevaron el pasado 7 de mayo a presentar en el Teatro "La Chumbera" de Granada el espectáculo "Eiko y Cerecitas del Japón", en el que actuó junto a un cuadro flamenco y algunas de sus alumnas niponas.

Más recientemente, ha participado en el festival flamenco solidario que acogió el teatro Isabel La Católica junto a jóvenes cantaores y bailaores de origen japonés residentes en Granada para recaudar fondos destinados a la reconstrucción del país asiático tras la catástrofe natural que ha afectado a parte de su territorio.

"Sentir el flamenco es algo humano. Todos al final tenemos sentimientos parecidos", destaca Eiko, quien tiene entre sus próximos planes profundizar en la introducción de La Reja, la zambra y otros bailes típicos del Sacromonte en su país de origen.

Por Roberto Ruiz Oliva.

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