El alcalde de Ayamonte lamenta su muerte y expresa su orgullo por su nacimiento

Ayamonte (Huelva).- El alcalde de Ayamonte (Huelva), Antonio Rodríguez Castillo (PSOE), ha expresado las condolencias por la muerte de Ángel Cristo, y ha asegurado que para la localidad "es un orgullo que una persona de esa relevancia social naciese en este pueblo".

El domador nació y pasó su infancia en la Casa Cuna de Ayamonte (Huelva), un centro de acogida de menores en situación de desamparo, donde estuvo durante sus primeros catorce años de vida.

Al centro llegó poco después de nacer, el 17 de octubre de 1944, y lo abandonó en torno a 1958, cuando su vida comenzó a estar ligada al circo.

En declaraciones a Efe, Rodríguez Castillo ha explicado que Cristo "nunca escondió su procedencia, pero por su propia actividad profesional llevaba mucho tiempo sin venir por el pueblo", algo que ha justificado al recordar que "tenía un trabajo que le llevaba por todo el mundo y es normal que no volviese al pueblo".

"La institución que lo acogió y el pueblo nos hemos sentido orgullosos de que un personaje de esa relevancia social pasara una gran parte de su infancia en Ayamonte", ha subrayado el alcalde.

El primer edil ha recordado que el mismo centro ha contado con otros "huérfanos" que con el paso de los años se han hecho famosos, como el periodista Jesús Hermida, un "cuneto", como se conoce popularmente a los niños que pasan por el centro, muchos de los cuales se quedan posteriormente "y echan raíces" en la localidad.

Hijo de la contorsionista Margarita Dordi, artísticamente "la pequeña Carolina" y del trapecista griego Christoforo Cristo Papadopolus, no están claras las circunstancias por las que el domador llegó al centro de menores de Ayamonte siendo un bebé, ya que éstas se guardan codificadas incluso por el paso de los años, y de los menores sólo se saben datos por códigos alfanuméricos.

Con el paso de los años, la situación familiar de Cristo se fue estabilizando y su familia volvió a hacerse cargo de él, como ocurre con cientos de menores en su misma situación, para comenzar a vivir en un circo y dedicarse a la que sería ya su profesión para siempre.