El Congreso de EE.UU. retorna al trabajo con una agenda repleta y compleja

  • El Congreso de Estados Unidos retorna hoy al trabajo con una agenda que incluye un posible ataque militar a Siria, la reforma de las leyes de inmigración, el presupuesto federal y el límite de la deuda nacional.

Washington, 9 sep.- El Congreso de Estados Unidos retorna hoy al trabajo con una agenda que incluye un posible ataque militar a Siria, la reforma de las leyes de inmigración, el presupuesto federal y el límite de la deuda nacional.

El Senado probablemente fijará hoy la fecha de una votación acerca de una resolución aprobada ya la semana pasada por su Comité de Relaciones Exteriores y que autorizaría al presidente del país, Barack Obama, a un uso "limitado y específico" de la fuerza militar en Siria.

La resolución pretende limitar la intervención militar a 90 días y prohíbe el empleo de tropas de EE. UU. en territorio sirio. En la cámara alta, donde los demócratas tienen mayoría, algunos senadores, opuestos a tal intervención, preparan mociones alternativas.

La Cámara de Representantes votará, probablemente la semana próxima, sobre el mismo asunto, aunque las probabilidades de que apruebe una medida sobre la acción militar en Siria son menores en la cámara legislativa donde los republicanos tiene mayoría.

A pesar de la urgencia que presenta la crisis con Siria, los legisladores tienen pronto en su agenda otro asunto de impacto doméstico: la aprobación de una ley de gastos temporal que impida el cierre del Gobierno Federal el 1 de octubre, cuando comienza el nuevo año fiscal.

Asimismo deberán aprobar una extensión del límite del endeudamiento del Gobierno Federal o éste no podrá pagar sus cuentas.

La ley de gastos temporal dará más tiempo para que los legisladores se pongan de acuerdo sobre el presupuesto para los próximos doce meses.

En los próximos meses debe entrar en su etapa final el montaje de los sistemas de salud enmarcados en la Ley de Reforma del Sistema Sanitario que el presidente Obama promulgó en 2010, pero muchos republicanos en el Congreso, gobernadores de Estados y grupos conservadores siguen batallando contra ese cambio.

Los legisladores afiliados con el Tea Party, un movimiento ciudadano antigubernamental, procuran convencer al resto de sus colegas para que no aprueben los fondos necesarios para la puesta en marcha de los programas de reforma sanitaria.

El Senado aprobó a fin de junio pasado una ley de reforma del sistema de inmigración que incluye un trámite largo y complicado para que más de más de 11 millones de inmigrantes indocumentados legalicen su situación y, eventualmente, adquieran la ciudadanía estadounidense.

Pero la reforma de inmigración, al igual que la sanitaria, encuentra mayores resistencias en la Cámara de Representantes que ni siquiera ha elaborado un proyecto de ley.

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