Londres, 6 ene.- El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, tildó de "hipócrita" el discurso pronunciado hoy por el presidente de Siria, Bachar al Asad, en Damasco.
En su primer discurso dirigido a la nación en medio año, Al Asad propuso una nueva iniciativa con la que alcanzar un acuerdo político en su país, aunque insistió en que mantendrá "la lucha contra los terroristas", en alusión a los rebeldes.
Hague reaccionó al mensaje enviado por el dirigente sirio a través de su cuenta de Twitter, donde calificó el contenido de esa comparecencia de "más allá de hipócrita".
El jefe de la diplomacia británica consideró que ese mensaje está lleno de "promesas vacías" que "no engañarán a nadie".
"Las muertes, la violencia y la opresión en las que está sumida Siria las ha creado él, y sus promesas vacías de reforma no engañarán a nadie", dijo el jefe del Foreign Office.
Al menos 60.000 personas han perdido la vida en el conflicto sirio desde marzo de 2011 hasta noviembre de 2012, según los últimos datos facilitados por la ONU.
Según detalló hoy Asad, su plan exige que, en primer lugar, cese el suministro internacional de armas a los "terroristas", tras lo cual el Ejército sirio detendrá sus operaciones y se iniciará un diálogo nacional con el objeto de elaborar una nueva Constitución y elegir un nuevo gobierno.
Anteriormente, en declaraciones a la cadena pública británica BBC, el primer ministro británico, David Cameron, también reiteró sus llamamientos a Al Asad para que se "vaya".
"Mi mensaje a Al Asad es: 'vete", dijo Cameron al indicar que el dirigente sirio "tiene una cantidad fenomenal de sangre en sus manos".
En un discurso de casi una hora, el presidente sirio instó a los países de la región y de otras partes "a dejar de apoyar y armar a los terroristas", para facilitar así el regreso de los desplazados por la violencia.
La última vez que el jefe de Estado sirio dio un discurso fue el pasado 1 de agosto, con motivo del 67 aniversario de las Fuerzas Armadas, cuando arengó a sus tropas en una guerra de la que "depende el destino de Siria".
El discurso coincidió con el recrudecimiento de los choques entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes en la periferia de Damasco.
A estos combates se suma la ofensiva insurgente lanzada contra varios aeropuertos de las provincias de Alepo e Idleb, en el norte del país.
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