El Papa felicita el año nuevo lunar y desea que se conserven los valores de Oriente

Ciudad del Vaticano.- El papa Benedicto XVI felicitó hoy el año nuevo lunar y deseó a los pueblos que lo celebran, sobre todo en Oriente, pero también en las comunidades de emigrantes de todo el mundo, que conserven e incrementen su "rica herencia" de valores espirituales y morales.

Durante su habitual rezo del Ángelus de los domingos desde San Pedro del Vaticano, el Pontífice se acordó de todas las comunidades del mundo que celebran el año nuevo lunar, que se conmemora este domingo con especial interés en China.

"En varios países de Asia, pienso, por ejemplo, en China y Vietnam, y en muchas comunidades repartidas por el mundo, se celebra hoy el año nuevo lunar. Son días de fiesta que esos pueblos viven como una ocasión privilegiada para consolidar los vínculos familiares y generacionales", dijo Benedicto XVI.

"Deseo a todos que conserven e incrementen la rica herencia de sus valores espirituales y morales, que radican fuertemente en la cultura de esos pueblos", añadió.

Antes del rezo del Ángelus, el Papa habló además de su "Mensaje para la Cuaresma", tiempo del calendario católico que comenzará este miércoles y para el que este año Benedicto XVI ha preparado un discurso dedicado a la Justicia.

"El Evangelio de Cristo responde positivamente a la sed de Justicia del hombre, pero de un modo inesperado y sorprendente. No propone una revolución de tipo social y político, sino del amor", explicó el Obispo de Roma.

"Sobre ello se fundan los actos de beatitud, que proponen el nuevo horizonte de Justicia, inaugurado por la Pascua, gracias al que podemos hacernos justos y construir un mundo mejor", añadió.

Ya en español, Benedicto XVI saludó a los peregrinos de lengua hispana, en particular a los fieles de la Parroquia de Santa María la Blanca de Sevilla (España), y a todos invitó a acoger la Palabra de Dios con humildad.

En polaco, la lengua materna de su predecesor en el cargo, Juan Pablo II, el Papa recordó que la Cruz y el Evangelio de Cristo siguen siendo un "sólido fundamento de la fuerza espiritual de los pueblos y de la unidad de Europa".