El papa Francisco se declara conmovido por los gestos de los filipinos

  • El papa Francisco dijo hoy que quedó "conmovido" por los gestos de los fieles filipinos durante su viaje, en la rueda de prensa a bordo del avión en el que llegó a Roma procedente de Manila.

A bordo del avión papal, 19 ene.- El papa Francisco dijo hoy que quedó "conmovido" por los gestos de los fieles filipinos durante su viaje, en la rueda de prensa a bordo del avión en el que llegó a Roma procedente de Manila.

"Los gestos me han conmovido. No son gestos protocolarios. Eran gestos sentidos y de amor. Algunos casi hacían llorar", dijo a los 70 representantes de medios de comunicación, entre ellos Efe, que le acompañaron en el vuelo.

Entre estos gestos, el pontífice destacó el de los padres que levantaban a sus hijos para que les pudiese bendecir mientras pasaba con el "papamóvil".

"Es como si dijeran: este es mi tesoro, mi futuro, es mi amor y por esto merece la pena trabajar, merece la pena sufrir. Era un gesto original y nacido del corazón", explicó.

Francisco quedó emocionado por el entusiasmo, "no falso", de los filipinos y por su alegría.

"Incluso bajo el agua, en Tacloban, los ministrantes con toda esa lluvia que caía no perdieron la sonrisa. La alegría no era falsa. No era una sonrisa pintada, aunque detrás de esas sonrisas hubiese una vida normal con sus dolores y sus problemas", destacó.

El papa explicó que, para describir el comportamiento de los filipinos, "hay una palabra que es difícil de entender porque ha sido usada mal, de modo vulgar, y entendida mal, que es resignación".

"Es un pueblo que sabe sufrir y que es capaz de levantarse", dijo Francisco, quien relató cómo el padre de la voluntaria muerta por un accidente durante la misa en Tacloban, con quien se encontró el día siguiente, "buscaba palabras para aceptar" su pérdida.

La misa en Tacloban, en la isla de Leyte, para recordar a las víctimas del tifón Yolanda que asoló la zona, "fue algo muy fuerte", confesó el papa.

"Me he sentido destrozado. Casi no me salía la voz. No sé lo que me sucedió", admitió el papa.

El pontífice también recordó su emoción ante los seis millones de personas que acudieron a la misa en Manila, en lo que se convirtió en la ceremonia más multitudinaria de un papa en la historia.

"Durante la misa, me sentí conmovido y pensé: este es el pueblo de Dios. El Señor estaba allí y nos decía que éramos nosotros los servidores de esta gente", aseguró.

Otro momento destacado del viaje para Jorge Bergoglio fue el de las lágrimas de la filipina Glyzelle, la menor salvada de una vida en la calle que se echó a llorar mientras preguntaba al papa por qué Dios dejaba sufrir a los niños.

Francisco reiteró, como en el encuentro con los jóvenes, que "los católicos tienen que aprender a llorar".

"Es una cosa que se pierde cuando hay demasiado bienestar o los valores no se entienden, o estamos acostumbrados a la injusticia. Es una gracia que tendremos que pedir", agregó.

"El llorar te abre a nuevas dimensiones de la realidad", dijo el pontífice, que regresó hoy al Vaticano de una gira por Sri lanka y Filipinas.

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