El temor a nuevas lluvias empaña las Navidades de los desplazados en Asunción

  • El temor a nuevas lluvias y a unas Navidades pasadas por agua empaña los festejos de las 17.500 personas, según estimaciones oficiales, que viven en precarios asentamientos del gran Asunción desde que la crecida del río Paraguay anegó hace casi año y medio sus hogares.

María Sanz

Asunción, 23 dic.- El temor a nuevas lluvias y a unas Navidades pasadas por agua empaña los festejos de las 17.500 personas, según estimaciones oficiales, que viven en precarios asentamientos del gran Asunción desde que la crecida del río Paraguay anegó hace casi año y medio sus hogares.

Los desplazados son parte de los 75.000 que en junio abandonaron sus casas debido a la subida del río, y que no han podido regresar debido a que sus residencias siguen dañadas o inundadas.

Se instalaron entonces en espacios proporcionados por el Gobierno, que les facilitó también la madera y el cinc con el que construyeron las frágiles casetas en las que viven.

Uno de esos asentamientos es el que se ubica frente a El Cabildo, el histórico edificio que preside el eje fundacional de la capital paraguaya.

Las familias que allí residen están pendientes de la llegada de El Niño, fenómeno climático que se desencadena desde mediados de diciembre y que podría acarrear nuevas tormentas y el desbordamiento del río Paraguay, cuyo cauce discurre cercano a las viviendas que dejaron.

"Empezó el verano y ya vino con lluvias. Nos da miedo enero, que es cuando vienen las mayores crecidas del río", cuenta Rosalía Riva, que vive en una caseta ubicada a escasos metros de El Cabildo.

No es la primera vez que Rosalía pasa una Nochebuena como evacuada: en 1987 ya la celebró fuera de su hogar, en el cercano barrio de La Chacarita, porque su casa estaba llena de agua, relata.

No muy lejos de El Cabildo está el Congreso de la nación, en cuyo radio también se albergan decenas de familias de desplazados.

Moderno edificio acristalado, en sus vidrios se refleja la paupérrima casa de Yanina Melgarejo, que se esfuerza por sacar el agua y el barro que dejó junto a su puerta la tormenta del pasado domingo.

Yanina está embarazada de un varón y le gustaría que el niño naciera ya en su casa, lejos del asentamiento, aunque no se atreve a poner una fecha para el retorno al hogar.

Sus tres sobrinos, Ronaldo, Matías y Samira, aprovechan las recién estrenadas vacaciones escolares para jugar entre los cerdos y las gallinas que conviven con las familias, algunos de los cuales, como comenta Yanina, serán sacrificados para la cena de Nochebuena.

Al otro lado de la calle, en un espacio donde se construye la futura sede de la Biblioteca y Archivo Central del Congreso Nacional y que sirve de aparcamiento a los legisladores, trabaja y vive Melanio Mattesich.

Se dedica a aparcar, limpiar y vigilar los vehículos de senadores, diputados y funcionarios del Congreso que estacionan en la zona, pegada a su vivienda.

"Ellos dejan sus autos acá, y me dan alguna propina, y con eso vivimos. Yo tengo cuatro hijos varones, todos estudiantes, y yo soy su padre y su madre", señala.

El conjunto de personas que todavía permanecen desplazadas se reparten a lo largo de 12 kilómetros de asentamientos que forman una "herradura" alrededor del Gran Asunción, detalló a Efe el director de operaciones de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), Aldo Zaldívar.

El técnico explicó que muchas familias regresaron a sus casas en los últimos meses ya que "el nivel del río Paraguay a su paso por Asunción ha bajado ostensiblemente" desde que en julio alcanzara su pico máximo, con una altura de 7,38 metros.

Sin embargo, y aunque el nivel del río está ahora en los 4,8 metros, Zaldivar advirtió de que supera el previsto en esta época del año, que debe de ser inferior a los 3 metros.

A esta situación se suma la "elevada probabilidad" de que "se presente el fenómeno de El Niño en forma grave", con lluvias intensas, indicó Zaldívar.

"El río podría volver a elevarse hasta los 8 metros de altura, con lo que a mediados de 2015 podríamos tener una situación exactamente igual a la del año pasado", vaticinó.

Por ello, la recomendación de la SEN a las familias afectadas es que ocupen los mismos lugares en los que están ahora, fuera de las zonas inundables.

El organismo estatal se compromete a proporcionarles agua, saneamiento, alimentos, servicios sanitarios y energía eléctrica durante el tiempo que pasen evacuados, incluidas las Navidades.

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