Manila, 7 jun.- Las remesas enviadas a su país por los emigrantes filipinos ascendieron el año pasado a 20.117 millones de dólares (unos 15.900 millones de euros), un 7,2 % más que en 2010, indicaron hoy los medios locales.
Este dinero, que supone más del 5 % del PIB nacional, permite la supervivencia de millones de familias en una economía precaria donde casi la tercera parte de la población vive bajo el umbral de la pobreza.
Según el servicio de empleo exterior filipino, en el primer trimestre de este año se ofertaron más de 68.000 puestos de trabajo para filipinos principalmente en Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Hong Kong, Taiwán y Singapur.
Actualmente hay entre 9,5 y 12,5 millones de filipinos trabajando en el extranjero, lo que supone cerca del 11 % de los habitantes totales del país, cifra que ha aumentado en casi un millón por año.
La mayoría trabaja como doctores, terapeutas, enfermeras, contables, ingenieros, en el mundo del espectáculo, profesores, marineros, empleadas del hogar o trabajadores de la construcción.
El año pasado, la economía filipina creció un 3,7 % en 2011, menos de la mitad del 7,6 % alcanzado en 2010 debido principalmente a la caída en las exportaciones y a la falta de gasto en infraestructuras.
Sin embargo, el Ejecutivo se ha propuesto unos índices de crecimiento de entre el 7 y el 8 % hasta 2016 para combatir la pobreza y evitar la salida de filipinos al extranjero.
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