Eta. Un etarra dice que delató a una colaboradora porque “en un escenario de confrontación siempre hay daños colaterales”


El etarra José Legorburu aseguró hoy en la Audiencia Nacional que delató a la supuesta colaborado del “comando Nafarroa” de ETA María Jesús Arriaga y la acusó de participar en el atentado en Pamplona contra el teniente de la Policía Nacional José María Izquierdo porque quería “confundir a la Guardia Civil” y explicó que “en un escenario de confrontación siempre hay daños colaterales”.
Arriaga, que se negó a contestar al fiscal, aseguró a preguntas de su defensa que “nunca” ha pertenecido a ETA ni ha colaborado con la banda terrorista. En esta línea, negó tajantemente haber participado en el atentado contra Izquierdo.
Estas declaraciones se produjeron en el juicio que la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional celebró esta mañana contra Arriaga. El fiscal encargado del caso, Carlos Bautista, solicitó 30 años de cárcel para ella al atribuirle un delito de asesinato en grado de tentativa y otro de atentado contra agente de la autoridad.
El representante del Ministerio Público sostuvo que Arriaga fue la persona que el 7 de mayo de 1985 condujo en su propio coche a los miembros del “comando Nafarroa” de ETA José Legorburu, Mercedes Galdós y el fallecido Juan María Lizarralde hasta la calle Monasterio de Fitero de Pamplona, donde localizaron el vehículo del teniente de la Policía.
Los etarras colocaron en los bajos del coche un artefacto explosivo compuesto por 1,2 kilos de dinamita “goma 2”. La bomba hizo explosión cuando Izquierdo intentó poner en marcha el automóvil. Si bien el teniente de la Policía Nacional logró salvar la vida, la potente deflagración le hirió de gravedad, amputándole varias extremidades.
PROPUESTA DE COLABORACIÓN
Arriaga explicó en el juicio que la organización terrorista contactó con ella en el año 1985 a través de su hermano, que sí era colaborador de la banda. La acusada dijo que se reunió con los miembros del “comando Nafarroa” José Legorburu y Mercedes Galdós, quienes le propusieron colaborar con ellos.
Arriaga les dijo que se lo tenía que pensar pero, en una segunda cita celebrada más o menos un mes después, la acusada les comunicó que no quería colaborar con ellos. Poco tiempo después se enteró de la detención de Legorburu y Galdós, por lo que, según sus palabras, decidió huir a Francia por precaución.
Tras vivir y trabajar 12 años en París, la acusada se trasladó al País Vasco francés, detenida en el año 2008 en virtud de la orden de busca y captura emitida por la Audiencia Nacional. “Nunca he vivido en la clandestinidad, siempre he utilizado mi documentación y trabajaba legalmente”, dijo en referencia a su estancia en el país galo.
CONFUNDIR A LA GUARDIA CIVIL
Galdós y Legorburu, ya condenados por este atentado, mantuvieron ante el tribunal la misma versión de los hechos. Negaron tajantemente la participación de Arriaga en el atentado pero, ante las preguntas del fiscal, ambos dijeron no recordar como se desplazaron al lugar de la acción terrorista.
El fiscal Bautista destacó ante el tribunal las contradicciones entre las palabras pronunciadas hoy y las declaraciones que prestaron los dos etarras y en las que aseguraron que Arriaga fue la persona que les llevó en su propio coche hasta el lugar del atentado.
Legorburu aseguró que declaró eso e implicó a la acusada en la acción “para confundir a la Guardia Civil”. “En todo escenario de confrontación siempre se producen daños colaterales y se salpica a gente que no tiene responsabilidad sabiendo que éticamente no es un comportamiento loable, pero se hace para que otra gente se pueda marchar”, dijo.
Según el etarra, esta información falsa sirvió para proteger el “motón de casas y de colaboradores en Pamplona”.
En el juicio también comparecieron varios agentes de la Guardia Civil. Algunos de ellos explicaron el escenario que se encontraron cuando se desplazaron al lugar de los hechos tras el atentado y relataron cómo tuvieron que sacar al oficial de la policía del amasijo de hierros en el que se había convertido su coche.
La víctima del atentado no pudo comparecer ya que ha sido sometido recientemente a una operación quirúrgica y el fiscal, que le había propuesto, decidió renunciar a su testimonio. El juicio quedó visto para sentencia.

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