Exjefe del Ejército de Colombia citado en Fiscalía por presuntos nexos paras

Bogotá, 14 dic.- El excomandante del Ejército de Colombia y hasta hace poco embajador en República Dominicana, general en retiro Mario Montoya, deberá responder por presuntos nexos con paramilitares para expulsar a guerrilleros de un sector de Medellín en 2002, informaron hoy fuentes judiciales.

El llamado fue hecho por un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia que le requiere por los resultados de la llamada "Operación Orión" en Medellín (noroeste), ejecutada por el Ejército, según denuncias, con miembros del Bloque Cacique Nutibara (BCN) de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

En esa llamada "recuperación" de la Comuna 13 lanzada por el Ejército con el ánimo de recobrar territorios ganados por milicianos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) murieron al menos once personas.

Según distintas denuncias, además, entre el 16 y el 20 de octubre de 2002, días de la operación, se cometieron múltiples atropellos y decenas de detenciones de personas inocentes.

El exjefe del Ejército fue denunciado por los presuntos vínculos con los paramilitares en esa acción en Medellín por el extraditado a Estados Unidos Diego Fernando Murillo, alias "Don Berna", comandante entonces del BCN.

Montoya ha negado en reiteradas oportunidades las acusaciones y en septiembre pasado también fue denunciado por propiciar un montaje para la desmovilización de un supuesto bloque de guerrilleros de las FARC en 2006.

Algunos testimonios comprometen esa desmovilización y dos "rebeldes" de un grupo de 66 desmovilizados dijeron que muchos de ellos eran mendigos y drogadictos recogidos en las calles y a quienes pagaron para simular que eran guerrilleros.

El general en retiro fue comandante del Ejército hasta 2008 poco después de dirigir la "Operación Jaque", en la que, sin un solo disparo, fueron rescatados quince rehenes de las FARC, entre ellos Íngrid Betancourt y tres contratistas estadounidenses en selvas del sur del país.

Poco después de pasar a situación de retiro, el entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010) le designó embajador en República Dominicana, cargo en el que permaneció hasta hace pocos meses.